Las tropas de Ucrania continúan su ofensiva en la región de Kursk, reclamando territorio y capturando prisioneros rusos.

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En la región de Kursk, Ucrania, las fuerzas armadas ucranianas han intensificado su avance en un esfuerzo por tomar el control del territorio enemigo, extendiendo su ofensiva por segunda semana consecutiva.

El general Oleksandr Syrskyi, comandante del ejército ucraniano, anunció en un video publicado en el canal de Telegram del presidente Volodymyr Zelensky que las tropas han logrado avanzar de uno a dos kilómetros más en el territorio ruso.

Este avance se enmarca dentro de una estrategia que ha sorprendido a muchos analistas militares, teniendo en cuenta que es uno de los ataques más significativos en territorio ruso desde el final de la Segunda Guerra Mundial.

Las fuerzas ucranianas han tomado más de 100 prisioneros rusos, y el presidente Zelensky ha indicado que estos soldados serán intercambiados en un futuro por prisioneros ucranianos.

Durante esta ofensiva, se ha reportado también la destrucción de un caza ruso modelo Su-34, que había sido utilizado para lanzar ataques aéreos devastadores sobre las posiciones ucranianas en la línea del frente.

El impulso hacia la región de Kursk comenzó el 6 de agosto y, según el general Syrskyi, las fuerzas ucranianas han tomado el control de aproximadamente 1000 kilómetros cuadrados de esta región.

No obstante, esta afirmación no ha podido ser verificada de manera independiente, y se debe notar que, si la declaración es cierta, el territorio reclamado en solo una semana casi igualaría a la extensión de 1175 kilómetros cuadrados que las fuerzas rusas habían conseguido capturar entre enero y julio de este año, según datos del Instituto para el Estudio de la Guerra, un think tank basado en Washington.


Las autoridades rusas, aunque han admitido ciertos avances ucranianos, han minimizado la magnitud de estos logros, describiéndolos como inferiores a lo que Kiev ha informado.

A pesar de esto, la respuesta del Kremlin ha sido evacuar a aproximadamente 132,000 personas de las regiones de Kursk y Belgorod, con planes adicionales para evacuar a otros 59,000 ciudadanos más.

Este despliegue de tropas y maquinaria en la frontera entre Rusia y Ucrania marca un punto de inflexión en el conflicto que se ha prolongado por más de un año.

La ofensiva de Ucrania no solo pone a prueba la logística y la capacidad de respuesta del ejército ruso, sino que también refleja un cambio en la dinámica del conflicto, donde la moral y el apoyo popular juegan un papel fundamental.

Históricamente, la región de Kursk ha sido un punto caliente en diversas guerras, siendo famosa la Batalla de Kursk en 1943, que marcó un cambio decisivo en el Frente Oriental durante la Segunda Guerra Mundial.

La actual incursión podría ser vista como otra narrativa significativa en la prolongada historia de conflicto entre estas naciones vecinas.