Un análisis sobre la figura de Tommy Robinson, su trayectoria y sus consecuencias en la sociedad británica.

A finales de junio, el profesor canadiense de psicología y figura mediática Jordan Peterson presentó un episodio de su célebre podcast titulado 'Por qué el establecimiento odia a este hombre: Tommy Robinson'. Este episodio, que ha atraído una considerable atención, explora la vida y la carrera de Robinson, un activista de derecha que se ha convertido en un personaje polarizador en el Reino Unido, especialmente en relación con las manifestaciones recientes en el país.

Tommy Robinson, cuyo nombre real es Stephen Yaxley-Lennon, es un periodista británico que ganó notoriedad tras su exposición a las pandillas de explotación sexual en Londres.

Desde ese momento, su vida y la de su familia han estado marcadas por controversias y enfrentamientos con el establecimiento, según describe Peterson en su presentación.

Sin embargo, esta caracterización pasa por alto aspectos cruciales de la biografía de Robinson y su historial político.

Fundador de la English Defence League (EDL), Robinson ha estado vinculado a múltiples grupos de extrema derecha a lo largo de su vida.

Su carrera política comenzó en el British National Party (BNP) y continuó con su papel en el British Freedom Party (BFP) y en la creación de Pegida UK, una sucursal del grupo alemán de extrema derecha.

Durante años, Robinson ha utilizado su plataforma para fomentar un discurso de odio hacia los musulmanes, descalificando al islam como una "enfermedad" y una "amenaza para nuestro estilo de vida". A pesar de sus proclamas, en 2013, hizo una alegación de que no tenía problema con el ejercicio religioso, siempre y cuando se produjera una adecuada integración.

A lo largo del tiempo, su figura ha sido objeto de críticas y también de puntos de vista favorables en sectores de la derecha, quienes ven en él a un defensor de la libertad de expresión.

Ha publicado libros y producido documentales como 'Silenced', donde sostiene que ciertas voces, incluidas las suyas, han sido silenciadas en la conversación pública.

En esta producción, repitió afirmaciones erróneas sobre un niño refugiado sirio que supuestamente agredía a chicas blancas, lo que llevó a numerosas críticas.

Su carrera ha estado plagada de escándalos legales.

En 2021, un tribunal lo declaró culpable de difamación en el caso de un refugiado sirio, resultando en una orden de compensación que suma hasta 117,000 euros (aproximadamente 100,000 libras esterlinas). Además, recibió una orden de restricción por acoso a una periodista y su pareja, que se extendió por cinco años.

Robinson sigue siendo un referente fuerte para algunos sectores de la sociedad británica que ven en él un símbolo de resistencia contra lo que consideran un establecimiento hostil.

Su influencia se extiende más allá de las redes sociales y se ha visto alimentada por su capacidad para canalizar el descontento de un sector de la población.

A medida que continúan las protestas en el Reino Unido, su figura sigue siendo relevante en la discusión sobre la libertad de expresión, los derechos de los refugiados y el papel del extremismo en la política contemporánea.