Colt Gray, un estudiante de 14 años, es acusado de un trágico tiroteo en su escuela, mientras su padre enfrenta serias acusaciones.

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En un trágico incidente que ha conmocionado a la comunidad de Winder, Georgia, el padre de Colt Gray, un estudiante de 14 años, ha sido arrestado tras ser vinculado con un tiroteo en la Apalachee High School.

Según informes de la Oficina de Investigación de Georgia, el tiroteo, que ocurrió el miércoles, dejó un saldo devastador de dos estudiantes y dos docentes fallecidos, y nueve heridos.

Colin Gray, de 54 años, ha sido acusado de cuatro cargos de homicidio involuntario, dos de asesinato en segundo grado y ocho de crueldad hacia menores.

Las investigaciones se centran ahora en cómo el adolescente pudo haber conseguido el rifle semiautomático utilizado en el ataque y si existieron señales de advertencia adicionales, dado que las autoridades habían visitado su hogar el año pasado, tras recibir denuncias sobre amenazas de tiroteos en la escuela.

El caso ha revivido el debate en Estados Unidos sobre el control de armas, un tema recurrente en la sociedad estadounidense tras numerosos tiroteos en escuelas.

Esta vez, un grupo comunitario se reunió para realizar una vigilia en honor a las víctimas, recordándoles con oraciones y tributos.

Los antecedentes del caso revelan que tanto Colin como Colt Gray fueron entrevistados por las autoridades locales el año pasado en relación a amenazas realizadas en la plataforma de redes sociales Discord.

Estas amenazas, que trascendieron a la prensa, incluían un mensaje alarmante en un grupo de chat que advertía sobre un posible ataque en una escuela secundaria.


Adicionalmente, se recibieron avisos del FBI, incluyendo información desde Australia, que alertó acerca de la posibilidad de que se llevara a cabo un tiroteo.

Los avisos provinieron de computadoras en Palmdale y Los Ángeles, California, así como en Cockburn, Australia Occidental.

Sin embargo, en ese momento, las fuerzas del orden no pudieron establecer una conexión clara entre las amenazas y los Gray.

Ambos involucrados aseguraron a los investigadores que no habían hecho tales amenazas.

En defensa de Colin, este afirmó poseer armas de caza guardadas en una caja fuerte dentro de su hogar, y que su hijo no tenía acceso a ellas.

La situación ha resonado en comunidades de todo el país, donde muchas personas piden medidas más estrictas sobre el control de armas y un enfoque más sólido en la salud mental de los jóvenes.

La comunidad de Winder se une en un intento por sanar las heridas causadas por esta tragedia, mientras la investigación busca respuestas y los responsables son llevados ante la justicia.

Este suceso no solo deja una huella imborrable en sus familias, sino que también plantea un urgente llamado a la acción en un país donde los tiroteos en escuelas son cada vez más comunes.