La guerra civil en Siria resurge fuertemente con la reciente ofensiva de los rebeldes en Alepo, poniendo en jaque al gobierno de Al-Assad y reavivando temores de inestabilidad en la región.

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La guerra civil en Siria, que ya lleva 13 años, ha resurgido con fuerza tras una sorpresiva ofensiva de los rebeldes en Alepo, una de las ciudades más grandes del país y un antiguo centro comercial.

Este empuje de los insurgentes se convierte en uno de los más significativos en años, amenazando con desestabilizar aún más una región que ya sufre las consecuencias del conflicto.

El pasado viernes, grupos armados entraron en la ciudad de Alepo, ubicada al este de la provincia de Idlib, lo que obligó al ejército sirio a reubicar sus fuerzas ante el mayor desafío que enfrenta el presidente Bashar al-Assad en un tiempo considerable.

Según declaraciones publicadas en medios estatales, Assad advirtió que "los terroristas solo conocen el lenguaje de la fuerza, y es con ese lenguaje con el que los aplastaremos".

El ejército sirio informó que decenas de sus soldados habían perdido la vida en el ataque a Alepo, lo que intensifica la preocupación sobre un posible nuevo frente de violencia en Oriente Medio.

Este recrudecimiento de los combates coincide con el contexto actual, donde Israel, respaldado por Estados Unidos, se encuentra en conflicto con Hamas en Gaza y con Hezbollah en Líbano, ambos grupos aliados a Irán.

Robert Ford, el último embajador estadounidense en Siria, señaló que los meses de ataques israelíes a posiciones sirias y de Hezbollah en la región, junto con el reciente alto el fuego entre Israel y Hezbollah, han proporcionado a los rebeldes sirios la oportunidad de avanzar.


Esta situación destaca el complicado entramado de relaciones y conflictos que marcan el paisaje geopolítico actual de Oriente Medio.

La guerra en Siria ha tenido efectos prolongados no solo en la región, sino en todo el mundo.

La huida de millones de refugiados, especialmente en 2015, alteró las dinámicas políticas en Europa, dejando cicatrices que todavía son visibles hoy.

Además, el conflicto ha servido como campo de prueba para la estrategia militar rusa antes de su invasión a Ucrania en 2022.

Los enfrentamientos recientes en Alepo también reviven la memoria de un pasado marcado por luchas por el control de esta histórica ciudad, que ha sido testigo de numerosos conflictos a lo largo de los siglos y ha permanecido como un importante eje comercial.

La situación actual, que se complica con la intervención de potencias extranjeras y las luchas internas en Siria, sugiere que el camino hacia la estabilidad seguirá siendo difícil y lleno de obstáculos.

El regreso del conflicto a la primera plana de la actualidad subraya la fragilidad de la paz en Siria y las conexiones complejas que este conflicto tiene con otras crisis en la región.

A medida que la comunidad internacional observa con preocupación, el futuro de Alepo y su población permanece en una incertidumbre peligrosa.