Una sorpresiva ofensiva de milicianos en Alepo pone a prueba la capacidad del ejército sirio y provoca un replanteamiento en las fuerzas de Assad.

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Amán: Miles de insurgentes sirios lograron tomar el control de gran parte de Alepo el pasado sábado, estableciendo posiciones en la mayor ciudad del país y controlando su aeropuerto, antes de expandir su ofensiva hacia una provincia vecina.

Este ataque ha obligado al ejército sirio a reposicionar sus tropas en un desafío sin precedentes para el presidente Bashar al-Assad en años.

El ejército sirio informó el mismo sábado que decenas de sus soldados habían perdido la vida en este asalto, encabezado por los rebeldes islamistas de Hayat Tahrir al-Sham (HTS), anteriormente conocidos como el Frente al-Nusra.

HTS está designado como grupo terrorista por países como EE.UU., Rusia y Turquía.

La ofensiva rápida y sorpresiva ha sido un duro golpe para Assad, planteando serias dudas sobre la preparación de sus fuerzas armadas.

La ofensiva insurgente, que se lanzó desde su bastión en el noroeste del país, parece haber estado planificada durante años.

Además, esta acción se produce en un momento en que los aliados de Assad están inmersos en sus propios conflictos.

El Ministerio de Defensa de Rusia informó que su Fuerza Aérea había ejecutado ataques aéreos contra los rebeldes sirios en apoyo al ejército del país, según relataron agencias de noticias rusas.

Tal acción siguió a lo que ha sido el asalto rebelde más audaz en años, en un conflicto civil donde las líneas del frente habían estado en gran medida congeladas desde 2020.


Desde 2011, la guerra civil en Siria ha cobrado la vida de cientos de miles de personas y ha desplazado a millones, sin un final formal, aunque la mayoría de los combates importantes se detuvieron hace años tras la intervención de Irán y Rusia, que ayudaron al gobierno de Assad a recuperar el control sobre la mayor parte del territorio y de todas las grandes ciudades.

Alepo había sido controlada firmemente por el gobierno desde una victoria en 2016, la cual fue un punto de inflexión importante en la guerra, cuando las fuerzas sirias respaldadas por Rusia sitiaran y devastaran las áreas orientales que estaban en manos rebeldes de lo que solía ser la ciudad más grande del país.

“Soy un hijo de Alepo y fui desplazado de allí hace ocho años, en 2016. Gracias a Dios, acabamos de regresar.

Es una sensación indescriptible”, expresó Ali Jumaa, un combatiente rebelde, en un material audiovisual grabado en el interior de la ciudad.

Este nuevo levantamiento en Alepo marca un capítulo crucial en el conflicto sirio, el cual sigue siendo profundamente complejo y marcado por la intervención de potencias extranjeras y un número alarmante de grupos armados que persiguen diversas agendas.

La situación actual refleja las tensiones aún prevalentes en la región y el complicado camino hacia la paz, que parece estar más lejos que nunca.