El gobierno británico ha decidido suspender la prescripción de bloqueadores de la pubertad a niños tras un exhaustivo análisis que revela riesgos significativos para su salud.
El gobierno del Reino Unido ha tomado la decisión de prohibir indefinidamente la prescripción de bloqueadores de la pubertad para niños, tras un análisis exhaustivo realizado por expertos que apuntaba a un "riesgo inaceptable para la seguridad" de los menores que los utilizan.
Esta medida responde a un informe independiente de la Comisión de Medicamentos Humanos que concluyó que "actualmente existe un riesgo inaceptable en la continuación de la prescripción de bloqueadores de la pubertad a niños".
Los bloqueadores de la pubertad son medicamentos utilizados para frenar el desarrollo puberal en menores de edad que cuestionan su identidad de género.
A partir de ahora, solo podrán obtenerse a través de ensayos clínicos supervisados por el Servicio Nacional de Salud (NHS) británico.
Esta decisión ha generado amplia discusión y polarización en la sociedad, especialmente entre activistas de derechos trans y defensores de la salud infantil.
La revisión, conocida como la "Revisión Cass", estuvo liderada por la pediatra Dr.
Hilary Cass y puso de manifiesto la "debilidad notable" de la evidencia que respalda el uso de estos fármacos en niños con disforia de género.
El informe indica que la administración de bloqueadores de la pubertad puede influir en el desarrollo psicosexual y en la identidad de género de manera que podría cambiar el curso de la vida de los menores.
Esta medida es parte de un enfoque más amplio respecto a la salud y el bienestar de los jóvenes en el país.
En mayo de este año, una prohibición de emergencia sobre los bloqueadores de pubertad fue establecida por Victoria Atkins, quien era secretaria de salud en ese momento.
En julio, el actual secretario de salud, Wes Streeting, hizo pública su intención de convertir esta prohibición en permanente.
En una reciente sesión en la Cámara de los Comunes, Streeting declaró que había solicitado a la Comisión de Medicamentos Humanos que evaluara el entorno actual de la prescripción de estos fármacos, tras lo cual se lanzó una consulta dirigida a varios grupos interesados.
Esta comisión está compuesta por expertos clínicos y epidemiólogos que ofrecen asesoramiento sobre la seguridad de los medicamentos.
Streeting enfatizó que se tomó evidencia directamente de expertos clínicos, endocrinólogos pediátricos y representantes de pacientes, lo que incluye a personas trans y sus familias.
Las reacciones a la prohibición han sido mixtas, con algunos aplaudiendo la medida como una protección necesaria para los niños, mientras que otros la ven como una restricción preocupante a la atención médica que los menores necesitan para explorar su identidad de género de manera segura.
Históricamente, los bloqueadores de la pubertad han sido un tema controvertido dentro del debate más amplio sobre los derechos y la atención a los jóvenes trans.
En varios países, incluyendo los Estados Unidos y naciones de Europa, la administración de estos tratamientos ha sido objeto de investigación y discusión, con diferencias significativas en las políticas y enfoques adoptados.
A medida que esta situación evoluciona, el Reino Unido se convierte en un punto focal para debates sobre la salud trans y los derechos de los menores, planteando preguntas críticas sobre cómo equilibrar la atención médica y la seguridad infantil en contextos de identidad de género cambiante.