La herencia de Jeffrey Epstein, que en su momento se valoraba en 600 millones de dólares, enfrenta un nuevo panorama tras la reciente devolución de impuestos, que ha aumentado su valor a 145 millones de euros. Mientras tanto, las víctimas siguen sin ver el verdadero apoyo financiero.

La herencia de Jeffrey Epstein, el fallecido financiero cuyas acciones deshonestas sacudieron al mundo entero, ha experimentado una serie de recientes desarrollos.

A pesar de que se esperaba que los bienes de Epstein, que alguna vez alcanzaron un valor de 600 millones de euros, se redujeran drásticamente tras la compensación a sus numerosas víctimas de abuso y otras reclamaciones legales, los acontecimientos han tomado un giro inesperado.

De acuerdo con un documento presentado en la corte de sucesiones de las Islas Vírgenes de Estados Unidos, la herencia ahora asciende a 145 millones de euros gracias a un reembolso fiscal de 102 millones de euros obtenido del Servicio de Impuestos Internos (IRS) a finales del año pasado.

Durante un tiempo, uno de los ejecutores de la herencia había pronosticado que el valor de los activos caería por debajo de 40 millones de euros, dado el compromiso de satisfacer las obligaciones hacia las víctimas.

Sin embargo, con la mayoría de las reclamaciones más grandes resueltas, es poco probable que ese nuevo capital se destine a compensar a quienes han sufrido a manos de Epstein.

Los ejecutores de la herencia, que incluyen a su contador de toda la vida y a su abogado personal, parecen estar en una posición favorable para beneficiarse de este aumento inesperado de activos.

Además, se ha revelado que otros beneficiarios elegidos por Epstein antes de su muerte también recibirán una parte de esta herencia.

Entre estos se encuentra una mujer que fue su novia en el momento de su arresto en 2019 por cargos de trata de personas.

Mark Epstein, el hermano de Jeffrey, ha manifestado que no está seguro de si será uno de los beneficiarios de la herencia.

Este ambiente de incertidumbre ha generado frustración entre las víctimas y sus defensores, quienes consideran que es moralmente inaceptable que alguien que no haya padecido los actos de injusticia pueda beneficiarse de ellos.

Marijke Chartouni, una de las víctimas que fue abusada por Epstein a los 20 años, expresó su descontento: "Las víctimas continúan sufriendo.

Es moralmente objetable que cualquier persona que no sea una víctima se beneficie de actos de injusticia o de falta de rectitud".

Adicionalmente, Epstein, quien se suicidó en prisión mientras enfrentaba juicios, ha dejado a la opinión pública y a sus víctimas con una sensación de desconfianza en el proceso judicial.

La falta de transparencia respecto a los beneficiarios de su herencia, cuya identidad permanece en gran medida en secreto, continúa alimentando la indignación entre aquellos que buscan justicia.

Esta situación plantea preguntas difíciles sobre el manejo de herencias vinculadas a crímenes atroces y el apoyo a las víctimas en sus momentos de necesidad.

Los representantes de la herencia de Epstein se han negado a hacer comentarios, lo que ha contribuido a la atmósfera de incertidumbre y desasosiego a su alrededor.

Mientras tanto, las sombras del pasado de Epstein siguen generando un impacto que es difícil de ignorar, tanto para sus víctimas como para la sociedad en general.