Ryan Borgwardt, acusado de simular su propia muerte para abandonar a su familia, ha sido arrestado tras regresar a Estados Unidos.

En un sorprendente giro de los acontecimientos, Ryan Borgwardt, un hombre de 45 años y padre de tres hijos, ha sido arrestado tras regresar a Estados Unidos, acusado de haber simulado su propia muerte en un accidente de kayak con el objetivo de abandonar a su familia y comenzar una nueva vida.

La detención de Borgwardt se produjo un día después de que se entregara a la Oficina del Sheriff del Condado de Green, en Wisconsin.

Según las autoridades y los registros judiciales, se le ha imputado el delito de obstrucción a un oficial, un cargo menor que conlleva una pena máxima de nueve meses de prisión y una multa de hasta 9.400 euros.

Durante su comparecencia ante el tribunal del Condado de Green Lake, el juez Mark Slate presentó una declaración de no culpabilidad en nombre de Borgwardt.

A cambio de su compromiso de presentarse en futuras audiencias, se le otorgó una fianza de reconocimiento personal.

La peculiar saga de Borgwardt comenzó en agosto, cuando no regresó de un viaje de kayak en Green Lake, un lago que abarca unas 3.000 hectáreas y tiene profundidades de hasta 67 metros.

Su desaparición dio lugar a una intensa búsqueda que resultó en el hallazgo de su kayak, su vehículo y su licencia de conducir; sin embargo, su cuerpo nunca fue encontrado, a pesar de las semanas de búsqueda intensiva.

La situación tomó un giro inesperado el 8 de noviembre, cuando los investigadores anunciaron que habían determinado que había fingido su muerte.

Los investigadores no se limitaron a realizar búsquedas físicas; también enviaron a Borgwardt un mensaje que incluía una foto de una mujer con la que había estado en contacto secreto durante meses.

Al recibir este mensaje, Borgwardt se dio cuenta de que había cometido un grave error y comenzó a comunicarse con la policía.

Este intercambio de mensajes continuó durante más de un mes, tiempo en el cual Borgwardt reveló sus planes y cómo estos se habían desmoronado.

Según los documentos de la acusación, Borgwardt había estado planeando su fuga durante varios meses.

En enero, supuestamente adquirió una póliza de seguro de vida por un valor de 375.000 dólares (alrededor de 350.000 euros). Además, habría investigado maneras de desaparecer, simular su muerte y generar ingresos en otros países.

Este caso evoca otros incidentes en la historia donde individuos han intentado fugarse de sus responsabilidades familiares de maneras igualmente extravagantes.

A menudo, estos intentos terminan en un giro dramático, como ha sido el caso de Borgwardt, quien ahora enfrenta serias repercusiones legales por sus acciones.

La historia también resalta la complejidad emocional tanto para el implicado como para los miembros de su familia y la profunda traición que representa para quienes los rodean.

A medida que el caso avanza, será interesante observar cómo se desarrollan los próximos pasos legales en este inusual drama familiar.