Papúa Nueva Guinea se unirá a la NRL en 2028 gracias a un acuerdo millonario que refleja el poder de la diplomacia deportiva entre naciones.

El mundo del rugby se prepara para un cambio significativo, ya que Papúa Nueva Guinea (PNG) se unirá al campeonato de la Liga Nacional de Rugby (NRL) a partir de 2028, mediante un acuerdo de 600 millones de dólares australianos, que equivale a aproximadamente 360 millones de euros.

Este acuerdo, anunciado conjuntamente por el Primer Ministro australiano Anthony Albanese y su homólogo de PNG, James Marape, destaca el papel de la diplomacia deportiva en el fortalecimiento de las relaciones entre ambos países.

Este hito es especial, no solo por la suma típicamente elevada involucrada, sino por la importancia del rugby en la cultura de Papúa Nueva Guinea, donde el fútbol es considerado el deporte nacional.

El 50% de los jugadores de la NRL tienen raíces en las Islas del Pacífico, lo que muestra una clara conexión cultural y deportiva entre estas regiones.

La llegada de un equipo de PNG a la NRL es un reconocimiento de un pasado compartido y una proyección hacia el futuro con la integración de la cultura deportiva de la nación insular.

Sin embargo, no todo es simple, ya que el nuevo franquicia de la NRL que se formará en PNG enfrenta múltiples desafíos.

Uno de ellos es la necesidad de atraer y retener jugadores, a lo que se suma la cuestión de exenciones fiscales y límites salariales.

Para afrontar algunos de estos problemas, el gobierno de PNG ha prometido invertir 200 millones de dólares australianos (120 millones de euros) en un "mini-ciudad" en Port Moresby, cuyo objetivo principal es mejorar la seguridad, un tema crítico en el ámbito deportivo.

El acuerdo también incluye una cláusula de escape que permitiría al gobierno australiano cancelar el acuerdo si Papua Nueva Guinea firmara un pacto de seguridad con China o con otros países rivales.

La mención a China ha sido medida por parte de los líderes en su anuncio, pero no se puede negar que la preocupación por la influencia creciente de este país en el Pacífico está detrás de este movimiento.

Aquellos que critican la mezcla de deporte y política deberían reconsiderar su postura si este pacto logra que PNG no se una a la creciente alianza del Pacífico con China, similar a lo que ha sucedido con las Islas Salomón.

En el contexto de la influencia de China en la región, el gobierno de Albanese ha intensificado sus esfuerzos diplomáticos, invirtiendo en la construcción de lazos de seguridad y cooperación entre los países del Pacífico y Australia.

Este enfoque se traduce en una inversión de aproximadamente 1.9 mil millones de dólares australianos (1,14 mil millones de euros) para mejorar las relaciones en el ámbito de la seguridad y crear conexiones entre personas.

Además, están ofreciendo visados amplios a trabajadores del Pacífico y financiamiento para la renovación de astilleros en las Islas Salomón.

La propuesta de incluir a Papúa Nueva Guinea en la NRL no solo es una buena decisión desde el punto de vista deportivo, sino que también representa una solución más eficaz en términos de recursos que otros esfuerzos realizados en la región.

Para el presupuesto de defensa y seguridad australiano, los 60 millones de dólares australianos anuales que implica este acuerdo son solo una pequeña fracción en el vasto océano del gasto público.

En resumen, la entrada de PNG a la NRL promete ser un paso significativo para mantener la influencia de Australia en la región del Pacífico.