La inusual elección de pareja de la Princesa Marta Luisa de Noruega genera debate entre sus allegados y la opinión pública.

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La reciente boda de la Princesa Marta Luisa de Noruega con Durek Verrett, un autodenominado chamán estadounidense, ha suscitado una notable controversia y reacciones muy diversas en el país nórdico.

A sus 52 años, Marta Luisa, quien ha desafiado las expectativas tradicionales de la realeza, se ha relacionado con Verrett, de 49 años, cuyas afirmaciones sobre tener poderes místicos y haber canalizado espíritus en su infancia han generado escepticismo.

Este enlace, que se llevará a cabo durante este fin de semana, podría considerarse un acontecimiento alegre, pero para algunos miembros de la familia real, la expectación está cargada de desilusión.

A diferencia de matrimonios anteriores dentro de la familia real de Noruega, donde se valoraba la nobleza de sangre, esta unión se cimenta en creencias poco convencionales que ambos comparten, afirmando que se conocieron en una vida pasada en el antiguo Egipto.

Marta Luisa se ha presentado como clarividente y ha dirigido un centro de terapias alternativas entre 2007 y 2018, donde ofrecía lo que ella misma denomina clases de “escuela de ángeles”. Su carrera ha estado llena de declaraciones provocativas, convirtiéndola en una figura polarizante en Noruega.

Durek Verrett, por su parte, ha enfrentado severas críticas desde su compromiso con Marta Luisa, con comentarios negativos en redes sociales y acusaciones extrañas sobre su persona, incluyendo rumores de realizar magia negra.

El hecho de que Verrett sea el primer hombre negro en unirse a una familia real europea moderna ha provocado aún más divisiones en la percepción pública.


En una entrevista, compartió que ha recibido amenazas de muerte a través de Instagram, lo que evidencia un ambiente hostil que ha rodeado a su relación: “La gente me dice que ‘no durará’, y eso es devastador”.

Marta Luisa, en una reflexión acerca del racismo, admitió no haberlo vivido de manera personal, lo que complica su entendimiento de las adversidades que enfrenta su pareja.

"No sé lo que es, ha sido impactante", comentó.

La conexión entre ambos ha sido calificada como inusual, y mientras algunos ven la relación como auténtica y llena de amor, otros la ven con desdén, cuestionando las intenciones de Verrett y la autenticidad de sus afirmaciones.

La pareja también se ha burlado de los estereotipos y prejuicios que enfrentan, con Verrett diciendo que en ocasiones se juega a ser el “chamán excéntrico”, lo que ha complicado aún más la percepción pública.

A pesar de las dificultades, Marta Luisa y Durek buscan establecer su propio camino en lugar de seguir las tradiciones reales.

En un momento en que las familias reales de Europa enfrentan presiones y cuestionamientos sobre su relevancia, su historia se transforma en un episodio contemporáneo que llama la atención hacia la intersección de la realeza, la espiritualidad y la diversidad.

Este acontecimiento promete dejar una huella indeleble en la historia nobiliaria de Noruega.