Erik y Lyle Menéndez lanzan un proyecto de embellecimiento en su prisión, inspirado en el sistema penitenciario noruego.
Copenhague: Casi 30 años después de haber asesinado a sus padres, Erik y Lyle Menéndez han dado un paso inesperado al iniciar un proyecto de embellecimiento en la prisión de California donde cumplen cadenas perpetuas.
Este proyecto se inspira en la filosofía del sistema penitenciario noruego, que sostiene que la rehabilitación en prisiones humanitarias, rodeadas de naturaleza, conduce a una reintegración exitosa en la sociedad, incluso para aquellos que han cometido delitos graves.
Erik y Lyle Menéndez, conocido por su infame caso en los años 90, se encuentran actualmente en una prisión donde su vida ha tomado un giro distinto.
El país escandinavo de Noruega, con su excepcional modelo penitenciario, ha sido el ejemplo a seguir.
Noruega, que se extiende por 1,750 kilómetros de norte a sur, ha establecido pequeñas prisiones a lo largo de su territorio, permitiendo que los reclusos cumplan sus penas cerca de sus hogares, según Kristian Mjaland, profesor asociado de sociología en la Universidad de Agder.
Noruega tiene alrededor de 3,000 personas en prisión, lo que representa una de las tasas de encarcelamiento más bajas del mundo.
Para poner esto en perspectiva, su tasa de encarcelamiento por cada 100,000 habitantes es aproximadamente una décima parte de la de Estados Unidos.
Además, el país nórdico tiene uno de los niveles más bajos de reincidencia.
Según las estadísticas del gobierno, solo el 16% de las personas liberadas fueron recondenadas dentro de los dos años posteriores a su liberación en 2020, una cifra que sigue disminuyendo anualmente.
En contraste, un estudio del Departamento de Justicia de EE.UU. reveló que el 66% de las personas liberadas de las prisiones estatales en 24 estados fueron arrestadas nuevamente dentro de los tres años y la mayoría de ellas volvió a ser encarcelada.
Esta alarmante estadística resalta la diferencia de enfoque hacia la justicia penal entre ambos países.
El sistema de encarcelamiento en Noruega se basa en la idea de que los reclusos deben ser tratados con dignidad por personal capacitado y respetuoso.
Según Mjaland, esto incluye proporcionar oportunidades para actividades significativas durante el día, un enfoque que él describe como el "principio de normalidad". Los prisioneros en Noruega también mantienen derechos esenciales, como el derecho al voto y el acceso a servicios como bibliotecas, atención médica y educación, brindados por los mismos proveedores de la comunidad en general.
Con la implementación de su proyecto de embellecimiento, los hermanos Menéndez buscan quizás cambiar la percepción de su caso, al mismo tiempo que intentan contribuir a su propia rehabilitación.
Este giro en su historia invita a reflexionar sobre la naturaleza del castigo y la posibilidad de redención, planteando la cuestión de si verdaderamente se puede transformar a quienes han sido condenados a una vida de dolor y violencia en individuos capaces de reintegrarse de manera positiva en la sociedad.