Nawaf Salam ha sido nombrado Primer Ministro de Líbano con la tarea de formar un nuevo gobierno, reflejando un cambio significativo en la política del país.

En Beirut, el diplomático libanés Nawaf Salam, quien anteriormente fue enviado de la ONU y ahora dirige la Corte Internacional de Justicia (CIJ) en La Haya, ha sido nombrado primer ministro de Líbano con la responsabilidad de formar un nuevo gobierno.

El presidente electo Joseph Aoun llevó a cabo consultas parlamentarias vinculantes el pasado lunes, donde la mayoría de los 128 miembros del parlamento votaron a favor de Salam, según informó la oficina de Aoun.

El actual primer ministro, Najib Mikati, solo recibió nueve votos.

Salam, quien ha logrado el respaldo de diversas facciones cristianas y druzas, así como de destacados parlamentarios musulmanes sunitas, incluidos algunos aliados de Hezbollah, enfrentará un panorama político complicado debido a que los diputados de Hezbollah y su aliado chiíta, el Movimiento Amal, no manifestaron apoyo, lo que sugiere que no tienen intención de participar en el nuevo gabinete.

Esto podría derivar en una nueva fractura sectaria si deciden permanecer al margen del gobierno que formará Salam.

La estructura política de Líbano está marcada por un sistema de reparto de poder sectario que exige que el primer ministro sea musulmán sunita, mientras que la presidencia corresponde a un cristiano maronita y la presidencia del parlamento debe ser ocupada por un musulmán chiíta.

Joseph Aoun, a quien se le atribuye el respaldo de Estados Unidos y de los estados del Golfo, fue elegido como el primer presidente del país en más de dos años la semana pasada.

La candidatura de Salam indica un alejamiento de la vieja guardia política y un acercamiento hacia Occidente, lo que podría insinuar una disminución de la influencia de Irán en la región.

Salam, de 71 años, es abogado y juez, y fue representante de Líbano ante la ONU durante una década, siendo reconocido por los ciudadanos que exigen reformas políticas y económicas.

En 2012 recibió la Legión de Honor francesa en el rango de oficial y se convirtió en miembro de la CIJ en 2018. Precisamente, fue designado como presidente del tribunal en un momento crucial, ya que se establece la primera audiencia de un caso presentado por Sudáfrica que acusa a Israel de genocidio en Gaza, un cargo que Israel ha desestimado como infundado, aunque se espera que Salam renuncie pronto a su puesto debido a sus nuevas responsabilidades.

El nuevo primer ministro tendrá ante sí el titánico reto de formar un gobierno que debe implementar las reformas exigidas por el Fondo Monetario Internacional (FMI) para desbloquear un paquete de 2.8 mil millones de euros, así como otra ayuda internacional.

El gabinete entrante también deberá encargarse de las elecciones parlamentarias programadas para el próximo año y de llevar a cabo la implementación del acuerdo de alto el fuego con Israel, el cual terminó con la guerra de dos meses entre Israel y Hezbollah a finales del año pasado.