Los bombardeos realizados por Israel en el sur y este de Líbano han dejado un saldo trágico de más de 560 muertos y miles de heridos, desatando una crisis humanitaria en la región.
La situación en Líbano ha alcanzado un punto crítico tras dos días de bombardeos aéreos realizados por el ejército israelí, que han resultado en la muerte de al menos 564 personas, incluyendo a 50 niños y 94 mujeres, según informaciones oficiales del Ministerio de Salud libanés.
Además, más de 1800 personas han resultado heridas en estos ataques que han afectado principalmente al sur y este del país.
Esta escalada de violencia ocurre en un contexto de tensión creciente entre Israel y Hezbollah, un grupo armado que ha estado involucrado en diversos conflictos en la región desde su fundación en 1982.
Durante estos bombardeos, Israel afirmó que sus objetivos eran las instalaciones de armas y lanzadores de cohetes de Hezbollah.
A pesar de sus declaraciones, muchas familias en Líbano se han visto obligadas a abandonar sus hogares debido a la intensificación de los ataques, buscando refugio en Beirut y en la ciudad costera de Sidón.
Los desplazados, que a menudo se ven forzados a dormir en coches, parques y escuelas improvisadas como refugios, enfrentan una grave crisis humanitaria.
Una de las víctimas de este último ataque aéreo fue Ibrahim Kobeisi, quien, según las autoridades israelíes, era un alto comandante de Hezbollah encargado de las unidades de cohetes.
Su muerte ha sido un duro golpe para la organización, mientras que Hezbollah ha respondido lanzando numerosos cohetes hacia territorio israelí, incluyendo ataques dirigidos a fábricas de explosivos.
Tanto el ejército israelí como Hezbollah se encuentran al borde de una guerra a gran escala, lo que agrava aún más la situación en la región.
Los testimonios de los evacuados revelan la angustia y el sufrimiento causado por este conflicto.
Issa Baydoun, un residente de la aldea de Shihine, mencionó que su familia tuvo que huir tras el bombardeo de su hogar y que, a pesar de haber llegado a Beirut, se enfrentaron a dificultades extremas para encontrar un refugio seguro.
"Luchamos mucho en el camino solo para llegar aquí" dijo Baydoun, añadiendo que tiene dudas sobre las afirmaciones de Israel de que solo se han atacado objetivos militares.
"Hemos evacuado nuestros hogares porque Israel está atacando a los civiles".
La crisis humanitaria que se gesta en Líbano se ve agravada por los efectos de la explosión devastadora del puerto de Beirut en 2020, que dejó cicatrices profundas en la población.
Los voluntarios están trabajando arduamente, cocinando y distribuyendo alimentos en estaciones de servicio vacías que han sido transformadas en centros de ayuda.
Sin embargo, las necesidades son enormes y la comunidad internacional observa con preocupación cómo la violencia se expande en esta ya frágil región.
Este conflicto no es nuevo, ya que Líbano ha sido un campo de batalla en múltiples guerras y tensiones regionales desde hace décadas.
La situación actual representa otro capítulo trágico en una larga historia de sufrimiento y desestabilización que afecta tanto a Líbano como a Israel.