El primer ministro británico, Keir Starmer, hace un llamado a un alto al fuego en Gaza y destaca la necesidad de una solución de dos estados, mientras enfrenta críticas por su tono pesimista.

Liverpool, Inglaterra: El primer ministro británico, Keir Starmer, intentó distanciarse de su imagen de pesimista el pasado martes, aunque generó sorpresa al referirse erróneamente a los rehenes en manos de Hamas como "salchichas". Haciendo un llamado a un alto al fuego inmediato en Gaza y al regreso de los rehenes israelíes, Starmer dijo: "Nuevamente exijo un alto al fuego inmediato en Gaza, el retorno de las salchichas – es decir, los rehenes – y un nuevo compromiso con la solución de dos estados: un Estado palestino reconocido al lado de un Israel seguro y protegido".

El error no detuvo su intervención.

El primer ministro apeló a los votantes, quienes se sienten exhaustos tras años de convulsiones políticas y económicas, transmitiendo el mensaje de que tiempos mejores están por llegar, siempre y cuando acepten la receta del Partido Laborista de un dolor a corto plazo para obtener beneficios a largo plazo.

Starmer cerró la conferencia anual del Partido Laborista, la primera desde su abrumadora victoria electoral en julio, con un discurso que argumentaba que las cosas serán "difíciles a corto plazo", pero enfatizando que hay una luz al final del túnel.

Algunos miembros del partido de centro-izquierda afirman que Starmer – el primer primer ministro laborista en 14 años – ha alargado ese túnel oscuro al transmitir mensajes desalentadores sobre la economía.

Esto, junto con una discusión distraída sobre las ayudas sociales, ha oscurecido lo que debería ser una reunión de celebración para miles de miembros del partido en la ciudad portuaria de Liverpool, en el noroeste de Inglaterra.

"Sé que este país está exhausto por la política", afirmó Starmer.

Prometió llevar a cabo una "renovación nacional", pero dejó claro que no iba a ofrecer "falsas esperanzas" sobre los costos y las difíciles decisiones que ello implica.

"Solo porque todos queramos impuestos bajos y buenos servicios públicos, no significa que se pueda ignorar la ley inquebrantable de financiar adecuadamente las políticas", agregó.

La Conferencia Anual del Partido Laborista es un evento clave en la política británica, donde los miembros discuten las políticas y estrategias del partido.

Starmer ha enfrentado críticas por su enfoque durante la conferencia, ya que muchos esperan ver más optimismo y propuestas concretas que aborden la preocupación económica que asola al país.

Históricamente, el Partido Laborista ha sido visto como el partido que representa a la clase trabajadora y ha jugado un papel fundamental en la transformación de la política británica a lo largo de los años.

Sin embargo, el reto de Starmer radica en conectar con los votantes que se sienten desconectados de las promesas de su partido.

En definitiva, su discurso en Liverpool se enmarca dentro de un esfuerzo por restablecer la confianza y el optimismo en un contexto político volátil.