Análisis de la situación actual de Kamala Harris en la carrera por la presidencia, sus debilidades y sus posibles fortalezas tras recientes eventos políticos.

Recientemente, en medio del ambiente de entusiasmo surgido durante la convención demócrata del mes pasado en Chicago, los demócratas podrían haberse sentido tentados a soñar con la posibilidad de una investidura de Kamala Harris.

Con el trasfondo de una posible celebración, se imaginarían a Beyoncé, cuya famosa canción 'Freedom' se ha convertido en un himno de la campaña, interpretando el himno nacional.

Harris, a pesar de restarle importancia a la magnitud histórica de su candidatura, podría optar por celebrar el rompimiento de uno de los techos de cristal más resistentes del mundo vistiendo de blanco, el color que eligió para su fiesta de victoria en 2020, tras confirmar su lugar como la primera mujer vicepresidente de Estados Unidos.

Sin embargo, la temporada política ha empezado a mostrar cambios.

La moda del 'Brat Summer', casi un fenómeno creado por la cantante Charli XCX y que la campaña de Harris supo aprovechar, ha llegado a su fin.

La semana pasada, una encuesta publicada por The New York Times sugirió que Donald Trump había recuperado ventaja.

En el Día del Trabajo de 2020, se observó que Joe Biden tenía una ventaja de 7.5 puntos en el promedio de encuestas nacionales, mientras que Hillary Clinton había liderado por 3.7 puntos delante de Trump.

En esta ocasión, la ventaja de Harris es mucho más magra, de apenas 3.3 puntos.

En una comprobación más dura de la realidad, Nate Silver, conocido analista de encuestas en EE. UU., otorgó a Trump una probabilidad del 64 por ciento de ganar el Colegio Electoral.

En un contexto donde el candidato demócrata ha triunfado en siete de las últimas ocho elecciones generales, este mecanismo obsoleto representa un salvavidas vital para los republicanos.

Sin embargo, al finalizar la semana, los demócratas vuelven a disfrutar de un resurgimiento anímico.

En su enfrentamiento estelar de este ciclo electoral, la fiscal logró superar al ex-presidente.

Trump, como un animal torpe y desorientado, cayó en casi todas las trampas que Harris le había preparado, a pesar de que su trabajo de preparación fue bastante evidente.

Los seguidores de Harris podrían justificar la reimaginación de ese escenario inaugural, esta vez con Beyoncé acompañada por Taylor Swift.

Minutos después de que ambos candidatos presentaran sus declaraciones finales, Swift, con sus 283 millones de seguidores en Instagram, anunció su apoyo a Harris.

Aunque no llegó a decir que 'sabía que era un problema', rubricó su mensaje con su característico humor, refiriéndose a sí misma como una 'solterona con gatos', una crítica al machismo chabacano del compañero de fórmula de Trump, J.D. Vance.

Dado que las mujeres moderadas en los suburbios son a menudo quienes deciden las elecciones presidenciales, como se vio en 2020, este apoyo de una celebridad se convierte en un hecho de gran peso.

La actuación de Harris en el debate, además de reavivar la moral del partido, ayudó a calmar muchas de las ansiedades en el seno del Partido Demócrata.

Nadie parecía arrepentirse de que Biden hubiera pasado el famoso testigo, aunque algunas voces dentro del partido cuestionaban si la vicepresidente era la mejor demócrata equipada para llevarlo.

Una reciente entrevista en CNN, aunque no fue un desastre total, recordó a muchos momentos de su extraña y poco articulada campaña para la nominación demócrata en 2020. Su confusa respuesta a una pregunta sobre el cambio climático – 'un asunto urgente al que deberíamos aplicar métricas que incluyan plazos' – sonó más a un lenguaje corporativo de una serie como The Office o, si se prefiere, Veep.

La metamorfosis contemporánea de Harris en la escena política estadounidense destaca no solo las presiones presentes en su entorno, sino también el camino histórico que está enfrentando.

La habilidad para conectar con los votantes clave y la capacidad de abordar temas urgentes serán cruciales mientras la carrera hacia la Casa Blanca avanza.