Ocho personas se enfrentan a la justicia en París por su papel en la campaña de odio que culminó en el brutal asesinato del profesor Samuel Paty en 2020.

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En París, un tribunal ha comenzado el juicio de ocho individuos relacionados con el trágico asesinato de Samuel Paty, un profesor de historia que fue decapitado en 2020 por un terrorista islámico, un crimen que conmovió a Francia y dejó al país en un estado de alarma.

Samuel Paty, de 47 años, fue atacado en octubre de 2020 cerca de su escuela, al noroeste de la capital francesa, por Abdoullakh Anzorov, un joven ruso de origen checheno que se sintió ofendido por la proyección de caricaturas del profeta Mahoma en una clase sobre libertad de expresión.

Este acto educativo, destinado a enseñar a los alumnos sobre principios importantes de la democracia, tuvo trágicas consecuencias.

El atacante, que fue abatido por la policía poco después del crimen, había sido incitado a cometer el acto violento tras una campaña de desprestigio en línea dirigida contra el profesor.

La mayoría de los acusados en este juicio está señalada por haber participado en dicha campaña, animando el ataque de Anzorov o alabando la violencia en las redes sociales.

Los imputados enfrentan cargos de conspiración criminal y podrían recibir penas de hasta 30 años de prisión.

Entre los acusados, se encuentran Nabil Boudaoud, de 22 años, y Azim Epsirkhanov, de 23 años, quienes eran amigos de Anzorov y están sindicados de haberlo ayudado a conseguir el cuchillo utilizado en el ataque, así como armas de aire comprimido.

Si se les condena por complicidad en el asesinato, podrían enfrentar cadena perpetua.


El atentado contra Paty fue un indicativo de la creciente amenaza del extremismo islámico, que ya había golpeado a Francia con una serie de ataques terroristas en 2015 y 2016 que dejaron más de 200 muertos.

La muerte de Samuel Paty intensificó la angustia nacional y planteó serias interrogantes sobre la libertad de expresión en un país donde esta y la laicidad son pilares fundamentales de la sociedad, defendidos en gran medida por los educadores de sus escuelas públicas.

Francis Szpiner, abogado de algunos familiares de Paty, expresó: "Un profesor fue asesinado por enseñar libertad de expresión," calificando el ataque como "un desafío a la República".

Tras el asesinato del docente, el gobierno francés implementó una drástica represión contra lo que Gerald Darmanin, el entonces ministro del interior, denominó "el enemigo interno" del extremismo islámico.

En 2021, se introdujo una ley destinada a combatir dicha amenaza, que incluía una cláusula inspirada en el caso de Paty, criminalizando la divulgación de información privada de individuos en línea con la clara intención de ponerlos en riesgo.

A medida que avanza el juicio, la memoria de Samuel Paty continúa viva en la conciencia de la nación, recordando la importancia de la educación en libertad y el sacrificio de aquellos que la defienden.