El número de niños australianos secuestrados en Japón ha aumentado en casi un 10 por ciento en el último año, mientras las familias instan al parlamento japonés a aprobar leyes que hagan ilegal el secuestro parental.
En lo que va del año, siete niños australianos más han sido registrados como secuestrados en la embajada australiana en Tokio, sumando un total de 89 niños australianos secuestrados por sus padres japoneses desde 2004. En agosto, un niño de cinco años fue llevado por su madre en Sydney.
Otros casos han sido evitados por poco, como el de una niña de dos años de Nueva Gales del Sur que fue sacada de un vuelo en el último minuto después de ser incluida en una lista de vigilancia en el aeropuerto para evitar que saliera del país.
Estas cifras son una fracción de los cientos de niños japoneses que son secuestrados cada año en un país donde es legal secuestrar a tu hijo y desaparecer.
Tokio tiene previsto introducir legislación en marzo que haría ilegal el secuestro de menores y cambiaría a Japón de uno de los últimos sistemas de custodia exclusiva del mundo a la custodia compartida después de meses de creciente presión internacional.
Japón comienza a liberar agua radiactiva tratada en Fukushima hacia el océano Pacífico
Japón ha dado inicio a la liberación de agua radiactiva tratada desde la planta nuclear de Fukushima hacia el océano Pacífico, desencadenando protestas en todo el país y prohibiciones de importación de productos marinos. Esta polémica medida ha llevado a China a anunciar una prohibición total e inmediata de las importaciones de mariscos japoneses, mientras que las prohibiciones en Corea del Sur se mantendrán. Esta decisión ha generado gran preocupación en China debido al riesgo de contaminación radioactiva que representa para los productos alimentarios y agrícolas japoneses exportados al país.Bajo la ley japonesa, la custodia se otorga a quien estuvo físicamente por última vez con el niño y les da el poder de bloquear todo contacto futuro con el otro progenitor.
Padres australianos y japoneses se preocupan de que los cambios no vayan lo suficientemente lejos para abordar la legislación centenaria que fue diseñada para ayudar a las mujeres que huyen de relaciones violentas, pero que ahora es utilizada tanto por padres como madres para cortar totalmente el contacto del otro progenitor con sus hijos, incluyendo cambiar los nombres, direcciones, detalles de salud y educación de sus hijos.
'El gobierno nos está torturando', dijo Komae Suzuki, quien no ha visto a su hijo de 14 años y a su hija de nueve años en cuatro años después de que su esposo se llevara a sus hijos, pusiera su casa en venta y desapareciera.
'Es devastador.
Al igual que tantos otros, me siento suicida.'