Los recientes ataques militares entre Israel e Irán han dejado a ambas naciones al borde de una guerra abierta, desafiando décadas de confrontación indirecta.
La comunidad internacional observa con preocupación los últimos acontecimientos en Oriente Medio, donde Estados Unidos y sus aliados europeos temen un ataque en Siria el 1 de abril que causó la muerte de varios oficiales iraníes, lo que podría llevar a Israel e Irán al borde de algo que han evitado durante décadas: la guerra abierta.
Hasta ahora, Irán ha utilizado a sus grupos aliados para atacar a Israel, mientras que Israel ha evitado los ataques a suelo iraní. Todo eso cambió el 13 de abril, cuando Irán inició su respuesta militar.
La respuesta por parte de Irán se debe a un ataque aéreo en Siria el 1 de abril, que causó la muerte de dos generales iraníes dentro de un edificio consular.
Irán acusó a Israel de estar detrás del ataque, aunque Israel no ha comentado al respecto.
Israel e Irán han estado en un curso de colisión a lo largo de la guerra de seis meses de Israel contra los milicianos de Hamás en la Franja de Gaza.
La guerra estalló después de que Hamás y la Yihad Islámica, dos grupos militantes respaldados por Irán, llevaran a cabo un devastador ataque fronterizo el 7 de octubre que causó la muerte de 1200 personas en Israel y secuestraron a otras 250. Una ofensiva israelí en Gaza ha causado una amplia devastación y ha dejado más de 33,000 personas fallecidas, según funcionarios de salud locales.
Casi inmediatamente después de que estallara la guerra, Hezbollah, un grupo militante respaldado por Irán en Líbano, comenzó a atacar la frontera norte de Israel.
Los dos lados han estado involucrados en intercambios diarios de fuego, mientras que grupos respaldados por Irán en Iraq, Siria y Yemen han lanzado cohetes y misiles hacia Israel.
Entre los fallecidos por el ataque al consulado iraní en Damasco se encontraba el General Mohammad Reza Zahedi, un alto oficial de la Guardia Revolucionaria de Irán.
Zahedi era responsable de las operaciones de Irán en Siria y Líbano, y se informó que estuvo involucrado en la "planificación y ejecución" del ataque del 7 de octubre en Israel.
Este ataque marca la primera vez que Irán lanza un asalto militar directo contra Israel, a pesar de décadas de enemistad que se remontan a la Revolución Islámica de 1979 en el país.
La condena del secretario general de las Naciones Unidas y otros fue rápida, con Francia afirmando que Irán "está arriesgando una posible escalada militar". Reino Unido calificó el ataque de "imprudente" y Alemania declaró que Irán y sus aliados "deben detenerlo inmediatamente".