Un ataque aéreo israelí en los suburbios del sur de Beirut tuvo como objetivo a Ibrahim Aqil, un alto comandante de Hezbollah, lo que agrava el conflicto en la región.

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El reciente ataque aéreo realizado por el ejército israelí en los suburbios del sur de Beirut ha marcado un nuevo episodio en la prolongada y tensa relación entre Israel y Hezbollah.

Este ataque, llevado a cabo el pasado viernes, tenía como objetivo claro a Ibrahim Aqil, un destacado comandante militar de la organización chiita, que es respaldada por Irán.

Según fuentes de seguridad en el Líbano, este ataque ha causado la muerte de al menos tres personas y ha dejado a 17 heridas, de acuerdo a datos preliminares proporcionados por el Ministerio de Salud libanés.

Los equipos de defensa civil del país han comenzado a buscar a posibles desaparecidos entre los escombros, tras el colapso de dos edificios residenciales como resultado del bombardeo.

Las fuerzas israelíes confirmaron que la acción fue un "ataque selectivo" dirigido a un objetivo específico, aunque no ofrecieron más detalles sobre el operativo.

Ibrahim Aqil no es un nombre desconocido en el ámbito de las operaciones militares de Hezbollah; forma parte del alto mando de la organización y tiene una recompensa de 6,5 millones de euros (7 millones de dólares) sobre su cabeza por su vinculación con la mortal explosión que mató a miembros del Cuerpo de Marines de Estados Unidos en el Líbano en 1983, según el sitio web del Departamento de Estado de EE. UU.

Este evento ha sido precedido por un ataque sin precedentes a principios de semana, donde explosivos ubicados en dispositivos de comunicación utilizados por miembros de Hezbollah resultaron en la muerte de 37 personas y miles de heridos.


Este ataque se sospecha ampliamente que fue llevado a cabo por Israel, aunque hasta ahora el país no ha confirmado ni desmentido su implicación en dicho acto.

Esta no es la primera vez que el ejército israelí apunta a figuras clave dentro de Hezbollah en Beirut.

En julio de este año, un ataque aéreo israelí había resultado en la muerte de Fuad Shukr, otro alto comandante de la organización.

Este patrón de agresiones sugiere una intensificación de la estrategia israelí en la región, enfocada no solo en desmantelar las capacidades operativas de Hezbollah, sino también en debilitar su liderazgo militar.

La situación en el Líbano es cada vez más tensa, con un aumento notable en los enfrentamientos entre Israel y Hezbollah, que ha sido un actor de influencia en la política y la militancia en la región durante décadas.

La historia de este conflicto se remonta a los años 80, cuando el Líbano se convirtió en un campo de batalla para varios actores regionales e internacionales, dejando un legado de violencia y división.

A medida que el conflicto entre estos grupos avanza, la comunidad internacional observa con preocupación el potencial de una escalada mayor que podría desestabilizar aún más a Líbano y la región circundante.