El primer ministro Netanyahu enfrenta su mayor crisis interna a medida que crecen las protestas sobre la reforma judicial. Los médicos inician una huelga y los reservistas del ejército piden detener el servicio.

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En tiempos agitados para la nación del Oriente Medio, el Primer Ministro Benjamin Netanyahu está sumido en su crisis interna más profunda.

La ratificación de la primera fase de una reforma judicial por parte del gobierno de derecha dura ha provocado una reacción adversa palpable en la comunidad israelí. Se argumenta que dicha reforma amenaza la democracia del país.

La reacción pública consiste en una huelga declarada por los médicos y un alzamiento de los reservistas del ejército, que solicitan la suspensión del servicio.

Esto ha llevado a la realización de la primera acción disciplinaria interna conocida del ejército israelí en respuesta a las protestas.

Se multó a un reservista con 1000 shekels (aproximadamente 263 Euros) y otro recibió una sentencia de prisión suspendida de 15 días por hacer caso omiso a las convocatorias.

El General de Brigada Daniel Hagari ha expresado su preocupación por los reservistas ausentes.

Según Hagari, el hecho de que los reservistas no se presenten durante un periodo largo podría dañar la preparación militar del país.

De continuar por este camino, se advierte que éste sería un proceso gradual.


En un intento de expresar su repulsión por la reforma judicial, un grupo de trabajadores del sector tecnológico compró un anuncio en el que se lee: 'Un día negro para la democracia israelí'. Esto advierte sobre las preocupaciones acerca de los cambios en la judicatura que está impulsando la coalición religiosa-nacionalista gobernante.

El lunes reciente,se emitió una ley que limita la revisión del Tribunal Supremo sobre algunas decisiones estatales.

Esto ocurrió en una Knesset (parlamento) tumultuosa después de que la oposición se retirara.

Durante la votación, miles de manifestantes se encontraban en las calles, algunos de los cuales se enfrentaron con la policía.

Según los líderes de las protestas, si el gobierno no detiene sus planes, cada vez más reservistas militares se negarán a cumplir con su deber.

También se ha advertido que, con adversarios árabes e iraníes repartidos por todo Oriente Medio, la preparación para la guerra de Israel podría estar en riesgo.