En medio de tensiones en Medio Oriente, se ordena la evacuación de civiles en Rafah y se negocian posibles términos de alto el fuego

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En un día lleno de acción en Medio Oriente, Israel ha ordenado la evacuación de 100,000 civiles de Rafah como preparativo para una posible invasión.

Mientras tanto, Hamas ha 'aceptado' un acuerdo de alto el fuego que podría prevenir la invasión.

Por otro lado, Israel ha llevado a cabo ataques contra Rafah, posiblemente allanando el camino para una invasión.

Estos acontecimientos de idas y venidas han dejado a los funcionarios de la Casa Blanca en una carrera constante por seguir lo que estaba sucediendo y qué significaba todo.

Al final del día, llegaron a creer que cada uno de los movimientos señalaba menos de lo que inicialmente parecía a simple vista, sino que reflejaba esfuerzos por obtener ventaja en la mesa de negociaciones, sin tener aún una resolución clara a la vista.

En realidad, Hamas no 'aceptó' un acuerdo de alto el fuego tanto como presentó una contraoferta a la propuesta sobre la mesa previamente bendecida por Estados Unidos e Israel, una contra oferta que no fue considerada aceptable pero que fue vista como un avance.

Al mismo tiempo, los ataques de Israel en Rafah evidentemente no fueron el comienzo de la largamente amenazada operación militar, sino una respuesta dirigida a los ataques con cohetes de Hamas que mataron a cuatro soldados israelíes durante el fin de semana, y junto con la advertencia a los civiles, una forma de aumentar la presión sobre los negociadores de Hamas.

La ráfaga de acciones pone de manifiesto cuán fluida es la situación en la región, mientras el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y su equipo intentan negociar un acuerdo que esperan ponga fin a la guerra que ha devastado Gaza, matando a decenas de miles de combatientes y civiles, encendiendo la región y provocando disturbios en los campus universitarios de Estados Unidos.


En los últimos días, las conversaciones pasaron de tener grandes esperanzas de que un acuerdo estaba cerca, a un nuevo punto muerto que parecía ponerlas al borde del colapso, a una iniciativa renovada por parte de Hamas para reconducirlas.

'Biden continúa todos los esfuerzos para enhebrar múltiples agujas a la vez', dijo Mara Rudman, ex enviada especial adjunta para Oriente Medio bajo el presidente Barack Obama y ahora en el Miller Centre de la Universidad de Virginia.

El presidente está advirtiendo aún a el primer ministro Benjamin Netanyahu de Israel que una 'invasión terrestre en Rafah es una terrible idea', dijo, al mismo tiempo que 'presiona a Hamas en todas las formas posibles para sacar a los rehenes y obtener más ayuda humanitaria'.

Biden llamó a Netanyahu el martes para informarle sobre la evaluación de Estados Unidos sobre el estado de las conversaciones de alto el fuego y para presionar nuevamente al líder israelí a que se abstenga de cualquier ataque a gran escala en Rafah.

El presidente también almorzó en la Casa Blanca con el rey Abdullah II de Jordania, quien, al igual que otros líderes árabes, está ansioso por poner fin a la guerra.

Las últimas dos semanas han sido tan intensas y suspensefulmente diplomáticas como ninguna desde que Hamas llevó a cabo un importante ataque terrorista en Israel el 7 de octubre, matando a un estimado de 1200 personas y tomando más de 200 rehenes.

Después de meses de conversaciones estancadas, Israel volvió el 26 de abril con una propuesta que los funcionarios estadounidenses creían que cambiaba la dinámica y ofrecía una oportunidad seria para llegar a un acuerdo.