El primer ministro israelí afirma que la eliminación de Hassan Nasrallah es clave para los objetivos de guerra de Israel, en medio de un conflicto que ha dejado más de 700 muertos en Líbano.

Tel Aviv: El primer ministro israelí Benjamin Netanyahu declaró que la eliminación del líder de Hezbollah, Hassan Nasrallah, se ha convertido en una "condición esencial" para alcanzar los objetivos de guerra de Israel.

Estas afirmaciones fueron realizadas en su primera alocución pública tras el asesinato, donde reafirmó que no era suficiente con la eliminación de otros comandantes de Hezbollah y que era imperativo eliminar también a Nasrallah.

Netanyahu acusó a Nasrallah de ser el "arquitecto" de un plan destinado a "aniquilar" al estado israelí. La operación contra el líder de Hezbollah llevó a Netanyahu a acortar su visita a Nueva York, haciendo un inusual viaje durante el sabbat judío para regresar a su país.

"Israel tiene todo el derecho de eliminar esta amenaza y devolver a nuestros ciudadanos a sus hogares de forma segura.

Y eso es exactamente lo que estamos haciendo", expresó Netanyahu, lo cual fue recibido con aplausos por parte de sus partidarios presentes en la Asamblea General de las Naciones Unidas.

El contexto actual en Líbano es alarmante.

Desde que comenzaron las hostilidades hace menos de dos semanas, más de 700 personas han perdido la vida, y muchas familias se han visto forzadas a huir, encontrando refugio en playas y calles.

El asesinato de Nasrallah ha dejado a muchos de sus seguidores en estado de shock.

Zahraa, una de las partidarias que se puso en contacto con Reuters desde un refugio temporal, expresó con lágrimas en los ojos que Nasrallah había sido un líder vital para ellos: "Él nos guiaba.

Era todo para nosotros.

Estábamos bajo su protección".

La futura dirección de Hezbollah queda en el aire, ya que el grupo no ha ofrecido indicaciones inmediatas sobre quién podría asumir el liderazgo tras la muerte de Nasrallah.

Hashim Safieddine, un alto funcionario del grupo, ha sido mencionado a menudo como el candidato adecuado para sucederlo, aunque no se ha emitido ninguna declaración oficial sobre su situación ni sobre la de otros líderes de Hezbollah, más allá de Nasrallah, desde el ataque.

Históricamente, Hezbollah ha estado envuelto en numerosas guerras y conflictos, no solo en el Líbano, sino también en la región más amplia del Medio Oriente.

Desde su creación en 1982, tras la invasión israelí, el grupo ha evolucionado hasta convertirse en un actor clave en la política libanesa y en los conflictos regionales, a menudo en un enfrentamiento directo con Israel.

Este reciente episodio marca un punto crítico en la prolongada tensión entre ambos, ahora intensificada por el contexto de guerra y violencia en la región.

Los objetivos de Netanyahu en este conflicto son claros, buscando desmantelar las capacidades operativas de Hezbollah, un grupo que recibe considerable apoyo de Irán y ha luchado contra Israel durante décadas.

Ahora, con la eliminación de Nasrallah como objetivo central, la situación continúa siendo volátil, y las repercusiones de estas acciones todavía están por verse en el terreno político y social de Líbano y la región.