Las Fuerzas Armadas de Estados Unidos habrían llevado a cabo un ataque espectacular contra las principales instalaciones nucleares de Irán, utilizando varias bombas y misiles en un movimiento que marca un punto de inflexión en el conflicto internacional. ¿Se abrirá un nuevo capítulo en la escalada entre Washington y Teherán?

Según informes no confirmados por fuentes oficiales, las Fuerzas Armadas estadounidenses emplearon entre cinco y seis bombas antibúnker, lanzadas desde aviones furtivos B-2, además de una treintena de misiles de crucero Tomahawk provenientes de submarinos y destructores en el Océano Índico y el Golfo Pérsico.
Supuestamente, el ataque se dirigió a tres sitios clave del #programa nuclear iraní: Natanz, Estefan y Fordow. De acuerdo con fuentes cercanas a las operaciones, las instalaciones de Natanz y Estefan habrían sido destruidas en su totalidad, con el uso de múltiples misiles Tomahawk lanzados desde submarinos ubicados a aproximadamente 1,000 kilómetros de distancia, y desde buques de la Armada estadounidense en la región.
La infraestructura de Fordow, considerada uno de los pilares del programa de enriquecimiento de uranio en Irán, también habría sido objeto de bombardeo y, presuntamente, quedó completamente destruida.
Desde hace décadas, el programa nuclear iraní ha sido un foco de tensión internacional, con acusaciones de que busca desarrollar armas nucleares, algo que Teherán niega, asegurando que su fin es civil y pacífico.
Sin embargo, supuestamente #Estados Unidos y varias naciones occidentales consideran que el enriquecimiento de uranio en instalaciones como Fordow representa una amenaza para la estabilidad regional y global.
El uso de varias bombas antibúnker de alta potencia implica que los aviones B-2, considerados entre los más avanzados del mundo, sobrevolaron #Irán en una operación que, según el gobierno de Washington, fue cuidadosamente planificada desde bases en Estados Unidos.
En particular, la base de Whiteman en Misuri, conocida por albergar bombarderos estratégicos, habría sido el punto de partida de estos ataques.
Supuestamente, en los días previos al ataque, la Casa Blanca realizó maniobras de distracción, permitiendo que observadores internacionales detectaran movimientos de aviones B-2 en el Pacífico, aunque en realidad los bombarderos se desplazaron de forma rápida y silenciosa hacia el este, atravesando el Atlántico hacia la región persa.
La operación, que supuestamente fue autorizada por el presidente Donald Trump, se realizó en un momento de alta tensión, en medio de una escalada que algunos analistas consideran que podría desembocar en un conflicto abierto.
Pero algunos expertos advierten que podrían desencadenar una serie de represalias por parte de Irán
El impacto de estas acciones es todavía incierto, pero algunos expertos advierten que podrían desencadenar una serie de represalias por parte de Irán.
Además, la posible destrucción del programa nuclear iraní en su fase avanzada podría tener implicaciones duraderas en la región, afectando las negociaciones internacionales y la estabilidad del mercado energético.
Desde 1950, Irán ha buscado desarrollar un programa nuclear bajo la sombra de la desconfianza internacional, en un contexto que ha visto desde sanciones económicas severas hasta intervenciones militares limitadas.
La actual escalada, presuntamente provocada por intereses políticos y estratégicos, podría ser solo el comienzo de una serie de enfrentamientos en un escenario que sigue siendo muy volátil.
¿Irán se dará por vencido en su conflicto con Israel y Estados Unidos? La respuesta aún está por verse, pero la comunidad internacional observa con preocupación cómo estos acontecimientos puedan modificar el equilibrio de poder en una de las regiones más críticas del mundo.
No te pierdas el siguiente vídeo de las noticias: irán lanza un duro ataque con misiles balísticos ...