Noticia sobre la situación de caos y descontento en Estados Unidos en un año electoral complicado
En Estados Unidos, este año se ha caracterizado por una serie de eventos que han sumido al país en un estado de caos y descontento.
Desde la protesta estudiantil más grande del siglo XXI, el primer juicio criminal de un expresidente de Estados Unidos, hasta algunas de las leyes de aborto más restrictivas del país.
Y, además de todo eso, dos guerras que han sacudido al mundo con sus horribles cifras diarias de muertes, que a menudo quedan opacadas por las crisis internas.
Desde costa a costa, los estadounidenses se han visto envueltos en una nube de caos que pareciera espesarse con cada alerta de última hora.
Y en un año electoral ya de por sí controvertido y crucial, no parece haber alivio a la vista.
Para aquellos que vivieron protestas contra el apartheid en los años 80, o las manifestaciones contra la Guerra de Vietnam en los años 60 y 70, el actual tumulto - y la forma en que ha chocado con una agitación social y política más amplia - recuerda épocas especialmente tensas de la historia del país.
Pero si el momento presente ha sido de descontento, también ha sido de disonancia.
Las encuestas muestran que casi el 80 por ciento de los estadounidenses están generalmente satisfechos con sus vidas personales.
Sin embargo, aproximadamente la misma proporción está insatisfecha con la dirección en la que se dirige el país.
El desempleo está en su nivel más bajo en décadas, sin embargo, los votantes continúan expresando su descontento con la gestión del presidente Biden sobre la economía.
A pesar de la amplia cobertura de las protestas en los campus universitarios, en una encuesta nacional de jóvenes, realizada antes de la última ola de disturbios, la guerra entre Israel y Gaza se ubicó en los últimos lugares en cuanto a los temas más importantes para los encuestados en general.
En esa misma encuesta, solo el 17 por ciento de los estudiantes universitarios afirmaron haber asistido a una manifestación política o protesta.
Aun así, los historiadores confirman que se trata de una era problemática y excepcional, en la que las profundas divisiones han infectado casi todos los aspectos de la vida pública, desde la política hasta la cultura pop.
"Ha habido una erosión de los valores democráticos y un aumento del tribalismo político que considero extremadamente peligroso", dijo Robert Cohen, profesor de historia en la Universidad de Nueva York que ha pasado décadas estudiando el activismo estudiantil.
"La forma en que está funcionando la política ahora es tan poco saludable que casi cualquier cosa puede suceder.
Incluso el romance de Taylor Swift se convierte en alguna conspiración - y eso es realmente un mal lugar."