Una galería de arte en línea en Eslovenia se revela como fachada para una red de espías rusos, utilizando la identidad de artistas argentinos.

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En Eslovenia, la pintora Darja Stefancic, reconocida por sus famosos paisajes en technicolor, recibió una sorprendente oferta de colaboración de una galería de arte en línea poco conocida, gestionada por una mujer de Argentina.

A pesar de la falta de reconocimiento de la galería en la pequeña y cerrada escena artística eslovena, Darja sospechó que se trataba de un engaño, temiendo que solo buscaban estafar a los artistas.

Sin embargo, sus inquietudes resultaron ser solo la punta del iceberg de una compleja red de espionaje.

La galería era, en realidad, un encubrimiento para la inteligencia rusa, parte de un sofisticado operativo de espías de larga duración, formados para hacerse pasar por ciudadanos extranjeros como argentinos y brasileños en diferentes países europeos.

Este modo de operar recuerda la historia reciente de Rusia y la Unión Soviética, que han invertido recursos considerables en lo que se denominan "ilegales", espías que se infiltran en naciones objetivo a lo largo de muchos años.

A diferencia de los espías "legales", que actúan bajo la protección de embajadas y tienen inmunidad, los ilegales carecen de vínculos evidentes con Rusia, lo que los hace extraordinariamente difíciles de detectar.

Una de las figuras centrales de esta historia es la propietaria de la galería, Anna Dultseva, quien logró suplantar de manera tan convincente a una artista argentina llamada María Rosa Mayer Munos que, según el Kremlin, incluso sus propios hijos ignoraban sus verdaderos orígenes hasta que fueron trasladados a Moscú como parte de un intercambio de prisioneros entre Oriente y Occidente.


Vladimir Putin, presidente de Rusia y ex oficial de la KGB, ha invertido grandes recursos en estas operaciones, mostrando una particular preferencia por el espionaje encubierto, una obsesión que data de su tiempo en el servicio secreto soviético.

A lo largo de la historia, la KGB y su sucesor, el SVR, han llevado a cabo numerosas operaciones similares.

Entre sus tácticas se han utilizado identidades completamente falsas y la creación de familias enteras que tienen el objetivo de integrarse y no levantar sospechas.

Este tipo de espionaje se asemeja a la trama de la exitosa serie de televisión "The Americans", que relata las peripecias de espías rusos infiltrados en Estados Unidos, y cobra vida con el reciente descubrimiento de la trama en Eslovenia.

Dultseva y su familia, que pasaron años viviendo como argentinos en Eslovenia, ejemplifican la astucia del empleador ruso.

La revelación no solo sacude a la comunidad artística local, sino que también resalta la continua y activa forma de espionaje que Rusia mantiene en el extranjero, preservando la historia de intriga que atañe al espionaje de la Guerra Fría hasta la actualidad.