Documentos desclasificados revelan cómo Anthony Blunt, asesor de arte de la reina, vivió una doble vida como espía soviético y cómo se mantuvo en la oscuridad a la monarquía.
Recientemente, se han dado a conocer documentos desclasificados que arrojan nueva luz sobre el pasado de Anthony Blunt, un renombrado historiador de arte que trabajó para la Reina Isabel II y que, a su vez, llevaba una vida secreta como espía soviético.
Según los archivos del MI5 publicados por los Archivos Nacionales del Reino Unido, los funcionarios de la corte decidieron no informar a la reina sobre la doble vida de Blunt debido a su deseo de evitarle más preocupaciones.
Anthony Blunt, quien ocupó el cargo de expedidor de las obras de arte de la reina en Buckingham Palace, fue objeto de sospecha durante años antes de que finalmente admitiera en 1964 que había pasado información secreta al KGB, la agencia de inteligencia soviética, durante la Segunda Guerra Mundial.
Esta revelación fue un gran escándalo que reveló cómo un grupo de espías, conocido como el 'Círculo de Cambridge', pudo infiltrar los niveles más altos del gobierno británico en la década de 1930.
Las nuevas evidencias muestran que un oficial del MI5 comentó que Blunt se sintió “profundamente aliviado” al liberar su conciencia.
Como parte de un acuerdo con la inteligencia británica, se le permitió conservar su puesto, su título de caballero y su estatus social.
Mientras tanto, la Reina Isabel II permanecía sin conocer el engaño que le rodeaba.
En 1972, su secretario privado, Martin Charteris, comunicó al director del MI5, Michael Hanley, que la reina no estaba al tanto y que no veía ningún beneficio en informarle sobre la situación, ya que esto solamente aumentaría sus inquietudes sin que hubiera nada que hacer al respecto.
El gobierno británico consideró que era el momento adecuado para informar a la monarquía en 1973, cuando Blunt estaba enfermo.
Su temor era que, tras su muerte, los medios de comunicación obtuvieran acceso a la historia completa, lo que podría causar una gran conmoción pública.
Charteris informó que la reina tomó la noticia de manera sorprendentemente tranquila, añadiendo que había estado al tanto de las sospechas que rodeaban a Blunt desde la década de 1950.
Blunt fue desenmascarado públicamente como espía en noviembre de 1979 por la entonces primera ministra Margaret Thatcher en la Cámara de los Comunes.
Fue despojado de su título nobiliario, aunque nunca se inició un proceso judicial en su contra.
Su vida llegó a su fin en 1983, a los 75 años.
Este episodio no solo puso de manifiesto la vulnerabilidad del servicio de inteligencia británico, sino que también reveló la complejidad de las relaciones entre la monarquía y aquellos que estaban en los círculos de espionaje durante la Guerra Fría.
La historia de Anthony Blunt es un recordatorio escalofriante de que los secretos pueden ocultarse en las sombras, incluso en los lugares más iluminados, como los palacios reales.