Elon Musk desempeña múltiples funciones en el equipo de Trump, desde donante hasta asesor cercano, mientras disfruta de alojamiento en la propiedad Mar-a-Lago.
El multimillonario Elon Musk parece tener un rol significativo en el entorno del presidente electo Donald Trump, actuando no solo como un importante donante, sino también como un influyente promotor en redes sociales y un asesor clave en cuestiones de políticas y personal.
Desde la jornada electoral en Estados Unidos, Musk se ha convertido en inquilino de Trump, lo que ha facilitado un acceso inusual al mandatario.
Según diversas fuentes, Musk ha estado residenciado en una de las cabañas que se pueden alquilar dentro de la extensa propiedad de Trump en Mar-a-Lago, Florida, un antiguo hogar de la filántropa Marjorie Merriweather Post que fue transformado en un exclusivo club y hotel en la década de 1990. La cabaña en la que Musk se alojó, llamada 'Banyan', está situada a aproximadamente 100 metros de la casa principal, lo que le permite tener fácil acceso a Trump y sus actividades diarias.
Este contacto privilegiado ha permitido que Musk participe en cenas, algunas de las cuales incluyen a figuras destacadas como Jeff Bezos, fundador de Amazon, con quien tiene una competencia notable en el ámbito empresarial.
Musk, quien invirtió más de 250 millones de dólares (aproximadamente 236 millones de euros) en las últimas fases de la campaña de Trump, ha estado presente en numerosas reuniones de personal, conversaciones telefónicas con líderes extranjeros y ha pasado horas platicando con Trump en su oficina.
Además, los empleados de Musk, provenientes de sus diversas compañías, han jugado un papel crucial en la transición presidencial, encargándose de evaluar posibles candidatos para posiciones clave en la administración, en reuniones que se han llevado a cabo en la sede de transición de Trump en West Palm Beach.
De hecho, varios colaboradores cercanos a Trump han estado usando las cabañas en Mar-a-Lago desde el día de las elecciones, aunque pocos han estado tan involucrados como Musk.
El mismo vicepresidente electo, JD Vance, ha estado utilizando una de las cabañas de Mar-a-Lago durante sus visitas a Palm Beach, lo que destaca la importancia del espacio como un punto de encuentro para los miembros del círculo íntimo de Trump.
Desde el año 2016, cuando Trump fue elegido por primera vez, Mar-a-Lago se ha convertido en un refugio político para sus aliados, y con cada ciclo electoral, su influencia parece aumentar.
El hecho de que un personaje como Musk, que ha estado en el centro de atención mundial y es conocido por sus innovaciones con empresas como Tesla y SpaceX, esté tan involucrado en el ámbito político, resalta un cambio en el panorama en el que las barreras entre la tecnología y la política se desdibujan cada vez más.
La manera en que estas conexiones están moldeando la nueva administración de Trump podría tener repercusiones significativas en cómo se llevan a cabo las políticas en los próximos años, promoviendo un enfoque quizás más empresarial en la gestión gubernamental.
La intersección entre negocios y política nunca ha sido algo nuevo, pero con figuras prominentes como Musk participando activamente, se hace evidente que este fenómeno continuará desempeñando un papel fundamental en la política estadounidense.