El resultado de las elecciones primarias republicanas en Iowa no sorprendió a nadie, ya que las encuestas predijeron correctamente la victoria de Donald Trump. El apoyo entusiasta de los seguidores de Trump fue determinante para su triunfo frente a Nikki Haley y Ron DeSantis. A pesar de ser un estado rural y poco representativo de Estados Unidos en su conjunto, Iowa tiene un gran poder para influir en la elección presidencial del Partido Republicano. Los candidatos republicanos gastaron una suma considerable de dinero para conquistar los votos de unos 100.000 iowenses.

El resultado de las elecciones primarias republicanas en Iowa no sorprendió a nadie, ya que las encuestas predijeron correctamente la victoria de Donald Trump.

El apoyo entusiasta de los seguidores de Trump fue determinante para su triunfo frente a Nikki Haley y Ron DeSantis.

A pesar de ser un estado rural y poco representativo de Estados Unidos en su conjunto, Iowa tiene un gran poder para influir en la elección presidencial del Partido Republicano.

Los candidatos republicanos gastaron una suma considerable de dinero para conquistar los votos de unos 100.000 iowenses.

Donald Trump celebró su éxito en Iowa junto a sus seguidores en Des Moines.

El exgobernador de Carolina del Sur, Nikki Haley, y el actual gobernador de Florida, Ron DeSantis, se quedaron rezagados a 30 puntos porcentuales del expresidente.

Haley se perfila como el puente entre el antiguo Partido Republicano de Ronald Reagan y el nuevo partido populista y nativista 'América Primero', liderado por Trump.

Ambos Haley y DeSantis creen que obtuvieron un impulso significativo en Iowa, pero esto puede resultar una ilusión.

La próxima semana se celebrarán las primarias de New Hampshire.

Los votantes de este estado, con su característico espíritu yanqui y patriota, siempre han sido capaces de sorprender a las élites políticas de ambos partidos.

Esto ha tenido graves consecuencias para los favoritos en el pasado.

Por ejemplo, en 1984, el senador demócrata de Colorado, Gary Hart, dejó estupefacto al vicepresidente Walter Mondale.

Asimismo, en el año 2000, el senador republicano John McCain causó un revuelo al derrotar a George W. Bush.

Aunque Mondale y Bush sufrieron una caída abrupta en las semanas posteriores a sus derrotas en New Hampshire, ambos lograron recuperarse y convertirse en los candidatos finales de sus respectivos partidos.

En Carolina del Sur, la confrontación fue aún más fiera.

Los aliados de Bush difundieron rumores de que McCain tenía un hijo negro nacido fuera del matrimonio.

Esta información resultó ser falsa, ya que McCain y su esposa habían adoptado a una niña de raza negra.

A pesar de ello, el daño estaba hecho y Bush aplastó a McCain en ese estado, asegurando su nominación presidencial.