La primera utilización conocida de una bomba antibúnker en Irán por parte de EE.UU. genera preocupación internacional por las posibles consecuencias de esta acción militar sin precedentes.

Imagen relacionada de estados unidos emplea bomba de 13 toneladas contra instalaciones nucleares en iran

La bomba, conocida como GBU-57, tiene un peso aproximado de 13 toneladas (equivalente a unos 11,7 toneladas métricas) y una longitud de aproximadamente 6,6 metros.

Este tipo de arma, diseñada para penetrar en la tierra a profundidades considerables antes de detonar, representa una capacidad militar que, según supuestamente analistas militares, solo Estados Unidos posee de manera convencional.

La GBU-57 fue diseñada a principios de la década del 2000 y, en su momento, se consideró un avance tecnológico en la guerra antibúnkeres. La supuesta especificación indica que puede penetrar hasta 200 pies (unos 61 metros) bajo tierra, destruyendo así instalaciones que serían inaccesibles con bombas convencionales o misiles tradicionales.

La estructura de esta bomba incluye una carcasa de acero reforzado con el fin de facilitar la penetración en capas de roca y hormigón, y su detonador no se activa al impacto, sino que detecta cuando la bomba ha alcanzado una cavidad o espacio abierto en el suelo, disparando la carga en ese momento.

Se presume que la bomba fue lanzada por aviones B-2 Spirit, los únicos capaces de transportar y lanzar este tipo de armamento. En la operación, supuestamente participaron siete bombarderos, cada uno con capacidad para llevar dos unidades, partiendo desde Estados Unidos en un vuelo de aproximadamente 18 horas, con reabastecimientos en ruta.

Para confundir posibles acciones adversas, otro grupo de B-2 pudo haber realizado maniobras en dirección opuesta, en un intento de distraer las defensas iraníes.

El objetivo principal fue la instalación de Fordo, ubicada al sur de Teherán, una planta de enriquecimiento de uranio enterrada a unos 100 metros bajo tierra, y considerada fuera del alcance de bombas israelíes convencionales.

La supuesta destrucción de esta instalación ha sido calificada por el gobierno estadounidense como un éxito rotundo, asegurando que con estos ataques se ha devastado el programa nuclear iraní.

La comunidad internacional ha reaccionado con preocupación ante esta escalada militar, ya que expertos advierten que este tipo de operación puede tener consecuencias catastróficas no solo para la región, sino para el equilibrio global.

Podría desencadenar una serie de represalias por parte de Irán

La tensión en Oriente Medio se ha incrementado en los últimos meses, y supuestamente, la acción de #EE.UU. podría desencadenar una serie de represalias por parte de Irán, además de aumentar el riesgo de un conflicto mayor.

Históricamente, la bomba GBU-57 fue considerada un elemento clave en la estrategia militar estadounidense para neutralizar instalaciones subterráneas en contextos de alta seguridad.

Estados Unidos, que supuestamente ha invertido miles de millones en su desarrollo, mantiene en secreto la cantidad exacta de estas armas en su arsenal, aunque se estima que solo tienen unas pocas unidades en servicio activo.

Por su parte, #Irán ha condenado enérgicamente el ataque, y supuestamente ha reforzado sus defensas antiaéreas, advirtiendo que tomará medidas para proteger su soberanía.

La comunidad internacional pide calma y diálogo, pero las tensiones parecen incrementarse a medida que se intensifican las acciones militares en la región.

Este incidente también reabre el debate sobre la proliferación de armas avanzadas y el uso de armas convencionales para destruir instalaciones que, en el pasado, solo se podrían haber neutralizado con armas nucleares, una práctica que sigue siendo controvertida por las implicaciones éticas y estratégicas.

No te pierdas el siguiente vídeo de cómo funciona la bomba antibúnker gbu‑57 “mop” y los b‑2 ...