Tras un ataque durante un mitin, Donald Trump reafirma su candidatura a la presidencia prometiendo unir a América y enfrentar a sus enemigos.

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En agosto pasado, la imagen icónica de Donald Trump fue su ficha policial en Georgia, tras ser arrestado y acusado de múltiples delitos relacionados con su intento de revertir los resultados electorales de ese estado en 2020. Sin embargo, en los últimos días, esa imagen ha cambiado drásticamente al ser capturado con sangre en su rostro tras un ataque de un asaltante.

Se le vio levantando el puño en el aire, exclamando "¡Lucha! ¡Lucha! ¡Lucha!" mientras el Servicio Secreto lo trasladaba a un lugar seguro.

Afortunadamente, Trump sobrevivió al ataque.

Durante la convención republicana, fue recibido con un estruendoso clamor de gritos, vítores, lágrimas de emoción y una evidente alegría entre sus seguidores.

Donald Trump, quien ha mantenido un mensaje constante a lo largo de los ocho años pasados, observa con firmeza a las multitudes que lo adoran en la convención del Partido Republicano en Wisconsin.

En 2016, Trump ingresó a la convención rodeado de nubes de humo y luces brillantes, su silueta era inconfundible.

En ese momento, transmitió un mensaje claro y contundente, denunciando la inmigración descontrolada y el crimen, al tiempo que acusaba a las élites de Washington de dejar a la América profunda desolada.

"El pueblo estadounidense será lo primero una vez más... Vamos a construir un gran muro fronterizo para detener la inmigración ilegal, las pandillas y la violencia, y para frenar el flujo de drogas que inunda nuestras comunidades", proclamó entonces.

Prometió también devolver los empleos a Ohio, Pennsylvania, Nueva York, Michigan y, en general, a toda América: "Hago esta promesa... haremos a América fuerte otra vez.

Haremos a América orgullosa otra vez.

Haremos a América segura otra vez.


Y haremos a América grande otra vez."

La inauguración de Trump en 2017 estuvo marcada por el tema de "Carnicería Americana", asegurando que "los hombres y mujeres olvidados de nuestro país ya no serán ignorados". En su campaña actual, Trump ha prometido venganza y retribución contra aquellos que considera sus enemigos, afirmando: "Esta es la batalla final... Quieren silenciarme porque nunca dejaré que ustedes sean silenciados.

Al final, no están detrás de mí. Ellos están detrás de ustedes, y yo solo estoy en el medio."

En su tercer intento de consagrarse como candidato presidencial del Partido Republicano, Trump no se mostró arrepentido.

Sus discursos, a pesar de ser extensos y a veces confusos, han sido fieles a sus temas recurrentes: la nación en declive, una invasión de inmigrantes y un aumento del crimen incontrolable, así como una inflación rampante.

Ha prometido cerrar la frontera, poner fin a las crisis internacionales, desde Ucrania hasta Israel, y detener la amenaza que representa Irán.

Tras el reciente ataque, Trump hizo una súplica para sanar la división en la sociedad estadounidense: "Estoy en campaña para ser presidente de toda América, no de la mitad de América". Actualmente, Trump se encuentra en su apogeo político; el Partido Republicano no ha estado tan unido bajo un líder desde Ronald Reagan en 1984. Reagan promovió el liderazgo estadounidense ante el mundo, la oposición a la Unión Soviética, el libre comercio, un gobierno más pequeño, impuestos más bajos y menos regulaciones.

Cuatro décadas después, Trump ha evolucionado hacia un nacionalismo de América Primero, convirtiéndose en una figura poderosa que rivaliza con el legado del propio Reagan.