Miles de personas se congregaron en el recinto de Manchester, New Hampshire, el pasado sábado por la noche.

Sintonicen y observen sus rostros.

Felices, sonrientes, listos para el espectáculo.

Conocen el monólogo y todos los giros.

'La elección fue robada'. 'Voy a realizar la mayor deportación de extranjeros en la historia de Estados Unidos'. 'Construir el muro'. 'Perforar, nena, perforar'. Donald Trump también promete no proteger los derechos de las personas transgénero ni enseñar la teoría racista crítica durante su mandato.

Los fanáticos conocen los apodos de sus oponentes traidores ('Ron Desanctimonius').

Un mitin político de Trump se ha convertido en un concierto, y sus seguidores adoradores canturrean las palabras al igual que los Swifties hacen con Tay-Tay en sus conciertos.

Su influencia sobre ellos es tan poderosa como la de Taylor sobre los suyos.

La mayor parte de las elecciones, aquí y en Estados Unidos, son transaccionales.

Votas por el partido y el candidato que promete hacer más de lo que deseas.

Pero el control de Trump sobre su base es mucho más profundo que eso.

Es un movimiento emocional.

Muchos lo ven como un culto.

Están unidos a Trump por lo que les dijo a su multitud adoradora en Manchester, al igual que ha hecho en cada mitin: 'Cada vez que me acusan, lo considero un gran honor.

Me acusan por ustedes, y nunca olviden que nuestros enemigos quieren arrebatarme mi libertad porque nunca dejaré que arrebaten la de ustedes.

Quieren silenciarme porque nunca permitiré que los silencien a ustedes.

Y al final, no están detrás de mí. Están detrás de ustedes y yo simplemente estoy de pie en su camino'.

Ron DeSantis, derrotado en Iowa, y Nikki Haley, derrotada en Iowa y ahora en New Hampshire, presentaron su visión de 'Trump sin equipaje' y 'Trump sin caos'. Ambos contaron con el respaldo de gobernadores republicanos muy populares en esos estados.

Donald Trump informa de investigación del Gran Jurado en su contra

El expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, afirmó haber recibido una carta del fiscal especial Jack Smith, en la que se le informaba que era objetivo de una investigación del gran jurado relacionada con los esfuerzos por revertir el resultado de las elecciones presidenciales de 2020.

Fallaron porque Trump tiene lealtad hacia la marca 'Make América Great Again'. La base republicana de Trump -la mayoría de los cuales creen que las elecciones presidenciales de 2020 fueron robadas y que Joe Biden es un presidente ilegítimo- no quiere una 'New Coke'. Quieren la cosa real.

Trump sacia su sed de 'América Primero' porque él es la cosa real.

Trump ha asegurado la nominación presidencial republicana.

La obtendrá oficialmente cuando arrase el 'Supermartes', el 5 de marzo, lo que le dará la mayoría de los delegados para la convención republicana en julio.

Admiradores entusiastas en el evento de campaña de Donald Trump en Manchester, New Hampshire, el sábado.

Crédito: Matt Rourke/AP Por ahora, el objetivo de Trump es exigir lealtad de cada republicano electo para que respalde su candidatura.

Trump se encargará de acabar con las carreras de aquellos que se nieguen o guarden silencio.

DeSantis respaldó a Trump cuando abandonó su carrera.

Nikki Haley hará lo mismo.

Ambos prometieron, en las etapas iniciales de sus campañas, que si fueran elegidos presidentes, indultarían a Trump de todos los cargos criminales pendientes.

Pero incluso esa promesa no los convirtió en ganadores.

Próximamente, en una pantalla cerca de usted, se estrenará el próximo episodio de 'The Apprentice'. ¿Quién elegirá Trump para ser su vicepresidente? Esperen una gran cantidad de pruebas de pantalla en Mar-a-Lago.

Sabemos esto: Trump exigirá lealtad incondicional y la obtendrá sin cuestionarla.