El juez Juan Merchan aplazó la sentencia del ex presidente Donald Trump, permitiéndole evitar una posible interferencia política antes de las elecciones.

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Washington: El ex presidente Donald Trump no será sentenciado en su polémico caso de pagos en silencio hasta después de las elecciones en EE. UU., lo que representa una victoria significativa para su campaña republicana a la Casa Blanca en esta etapa crucial de la contienda electoral.

Tres meses después de haber sido declarado culpable por falsificar registros comerciales para encubrir un escándalo sexual con una estrella de cine para adultos, Trump recibió un respiro el viernes pasado (sábado hora AEST) cuando el juez encargado del caso, Juan Merchan, decidió postergar la sentencia programada para el 18 de septiembre.

Esta decisión se tomó para evitar la percepción de interferencia política en un momento en que la contienda electoral se intensifica.

El juez Merchan, quien ha sido objeto de críticas por parte de Trump, argumentó que la postergación hasta el 26 de noviembre era necesaria, en parte, "para evitar cualquier apariencia – aunque sea injustificada – de que el procedimiento se haya visto afectado por, o busque afectar, las próximas elecciones presidenciales en las que el acusado es un candidato". La administración de justicia es crucial en un sistema democrático, y el juez afirmó que su tribunal se mantiene como una institución imparcial y apolítica.

"Tomar decisiones sobre motions y sentencias debería disipar cualquier sugerencia de que el tribunal haya tomado decisiones para beneficiar o perjudicar a cualquier partido político y/o candidato", expresó Merchan en su fallo, que se extiende a lo largo de cuatro páginas.


Este aplazamiento se produce en un contexto donde las encuestas muestran que la carrera entre Trump y la candidata presidencial demócrata, Kamala Harris, se ha vuelto más ajustada.

Según el estadístico Nate Silver, Harris tiene más probabilidades de ganar el voto popular, mientras que Trump cuenta con mayores posibilidades de alcanzar los 270 votos del Colegio Electoral necesarios para la presidencia – un escenario similar al que se vivió en 2016 contra Hillary Clinton.

A pesar de la controversia que envuelve a Trump, la campaña de Harris anunció el mes pasado una recaudación récord de 340 millones de euros, casi triplicando los 110 millones de euros que obtuvo Trump en el mismo período.

Además, Harris ha recibido otro respaldo importante dentro del Partido Republicano, esta vez de Dick Cheney, ex vicepresidente durante la administración de George W. Bush, conocido por ser uno de los conservadores más influyentes y belicistas de su época, pero que ha sido tradicionalmente vilipendiado por los demócratas.

La situación actual resalta no solo la complejidad del panorama político estadounidense, sino también el clima de incertidumbre que rodea a estas elecciones.

Con Trump intentando navegar a través de sus problemas legales y Harris buscando capitalizar ese ímpetu en la recaudación de fondos, resulta evidente que este ciclo electoral es uno de los más disputados en la historia reciente del país.