Donald Trump cuestiona su asistencia al debate con Kamala Harris, sugiriendo sesgo mediático y generando desacuerdos sobre las reglas del debate.

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Washington, D.C.: El candidato republicano Donald Trump ha sembrado la duda sobre su posible asistencia al único debate pactado con la demócrata Kamala Harris, programado para llevarse a cabo en aproximadamente dos semanas.

En una publicación reciente en su plataforma Truth Social, Trump arremetió contra ABC News, la cadena anfitriona del debate que está previsto para el 10 de septiembre, bajo la acusación de ser parcial en favor de Harris.

Preguntó de manera retórica: "¿por qué debería participar en un debate contra Kamala Harris en esa cadena?".

El ex presidente también dejó entrever que ABC News tiene cuestiones que responder, apuntando hacia la decisión de Harris de rechazar entrevistas con otros medios como Fox, NBC, CBS e incluso CNN. "¡Estén atentos!", añadió. Esta situación plantea un entorno tenso en la carrera presidencial, ya que la atención del electorado se centra cada vez más en las interacciones directas de los candidatos.

El equipo de campaña de Biden impuso la condición de silenciar los micrófonos como parte de su decisión de aceptar debates en este ciclo electoral.

Sin embargo, algunos de sus colaboradores han comenzado a lamentar esa estrategia, indicativa de una gestión que podría haber impedido que los votantes escucharan las reacciones de Trump durante las confrontaciones.

A pesar de esto, se especula que tal decisión no habría beneficiado a Biden, cuyas actuaciones previas en debates han sido criticadas.

Ahora, la campaña de Harris busca que los micrófonos se mantengan activos de manera continua.


Brian Fallon, portavoz de Harris, emitió un comunicado señala que se han dirigido a ABC y otras cadenas que buscan albergar un posible debate en octubre dejando claro que consideran que ambos micrófonos deben estar abiertos durante todo el evento.

Con menos de dos meses para las elecciones, los comentarios de Trump y las discrepancias sobre las reglas del debate podrían poner en peligro este único debate convenido entre los candidatos de los dos principales partidos.

Esta situación añade más incertidumbre a una campaña que ya es altamente competitiva y volátil.

El debate presidencial se ha convertido en un componente crucial de las elecciones, ya que permite a los votantes evaluar las posturas y personalidades de los candidatos.

En la historia reciente de EE. UU., debates entre candidatos han jugado un papel decisivo en las percepciones públicas.

Por ejemplo, el famoso debate de 1960 entre John F. Kennedy y Richard Nixon tuvo un impacto profundo en la percepción pública, ayudando a Kennedy a consolidar su imagen.

Esta vez, la dinámica del debate se complica aún más, ya que ambos candidatos provienen de contextos políticos y mediáticos muy distintos.

Mientras que Trump ha mantenido una relación conflictiva con diversos medios de comunicación, Harris intenta navegar en un entorno donde la moderación y la accesibilidad son esenciales.

Tanto los votantes como los analistas están atentos a cómo se desarrollarán estos acontecimientos en las próximas semanas.