Bob Woodward, el célebre periodista americano conocido por su cobertura del escándalo de Watergate, ha expresado su preocupación sobre la posible segunda presidencia de Donald Trump.

En conversación reciente, Woodward, quien ha seguido la carrera política de Trump durante más de tres décadas, señaló la inquietante naturaleza de su liderazgo.

"No pierdan la fe en la democracia de América," es el mensaje optimista de Woodward.

Sin embargo, cuando se aborda la delicada cuestión de la estrategia nuclear estadounidense, su tono optimista se torna sombrío.

"Es aterrador", afirma.

La imprevisibilidad de Trump lo convierte en un líder que "nunca planea, opera por instinto", lo que genera ansiedad no solo en la población, sino también en el ámbito internacional.

El periodista ha realizado numerosas entrevistas con Trump y ha publicado cuatro libros que analizan la narrativa política del ex presidente.

Una de sus principales preocupaciones es la capacidad de Trump para disuadir a otras potencias nucleares, más que el temor de que pueda lanzar un ataque nuclear de forma imprudente.

Woodward también reflexiona sobre la actual administración de Joe Biden y su manejo de la amenaza nuclear proveniente de Rusia.

Hace un par de años, cuando Vladimir Putin amenazó con usar armas nucleares tácticas en el conflicto de Ucrania, se hizo evidente la importancia de una estrategia de disuasión sólida.

En su nuevo libro, "Guerra", Woodward detalla cómo el secretario de Defensa de EE. UU., Lloyd Austin, se comunicó con su homólogo ruso, Sergei Shoigu, advirtiéndole sobre las implicancias de usar cualquier tipo de arma nuclear.

Austin enfatizó que incluso el uso de un pequeño artefacto nuclear sería significativo: "Si haces esto, sería el primer uso de armas nucleares en cualquier parte del mundo en tres cuartos de siglo, y podría poner en marcha eventos que no puedes controlar y que nosotros tampoco podemos controlar", según la transcripción de la llamada que Woodward pudo obtener.

Este intercambio subraya la naturaleza crítica de la comunicación entre potencias nucleares y la necesidad de un liderazgo firme y predecible en momentos de tensión internacional.

Woodward concluye que, bajo la administración de Trump, el clima de incertidumbre podría incrementarse, lo que podría resultar en decisiones temerarias con consecuencias globales.

Históricamente, el manejo de armas nucleares ha sido un factor definitorio de las relaciones internacionales, especialmente desde la Guerra Fría.

Durante ese período, la doctrina de la destrucción mutua asegurada permitió mantener una tensa paz entre las superpotencias.

Sin embargo, la falta de control y la inestabilidad en la administración de un líder como Trump podrían restar efectividad a estas estrategias de disuasión, poniendo en riesgo la seguridad global.

La ansiedad sobre el futuro de la política nuclear en EE. UU. se intensifica a medida que se acercan las elecciones, dejando a muchos preguntándose qué pasaría si Trump recuperara el poder en un contexto geopolítico tan turbulento.

La gestión de Biden ha sido por un lado elogiada, pero también vista como un barómetro de lo que se podría dejar de lado si la administración presidencial cambia, lo que brinda un escenario inquietante para el futuro de la democracia y la estabilidad mundial.