El expresidente Donald Trump continúa siendo apoyado por evangélicos a pesar de sus polémicas, según declaraciones del primer ministro australiano

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El expresidente Donald Trump sigue generando apoyo entre los evangélicos a pesar de las controversias que han rodeado su figura.

Aunque ha sido encontrado responsable de abusos sexuales, ha alardeado de agarrar a mujeres por los genitales y está bajo juicio por supuestamente falsificar documentos para ocultar una aventura con una estrella porno, su condición de outsider político en medio de una "profunda desafección" hacia las instituciones gubernamentales es lo que lo hace tan atractivo para los cristianos evangélicos, según su aliado Scott Morrison, primer ministro pentecostal de Australia.

Morrison, quien se encuentra promocionando su nuevo libro sobre la fe por todo Estados Unidos, compartió sus opiniones sobre el expresidente estadounidense, quien se dirige hacia las elecciones de noviembre con más apoyo de los evangélicos que nunca.

Las concentraciones de su campaña suelen comenzar con sesiones de oración por el republicano de 77 años; la mercancía utilizada y vendida en sus eventos presenta lemas como "Jesús es mi salvador, Trump es mi presidente"; y Trump mismo lanzó recientemente una nueva Biblia por 60 euros como parte de sus esfuerzos de recaudación de fondos, promocionando la necesidad de "Hacer que América ore otra vez". Al ser preguntado sobre el atractivo de Trump entre los evangélicos, Morrison dijo a este diario: "Él está muy alejado de la ortodoxia política y del mainstream, donde creo que hay una profunda desafección, y es ahí donde conecta con la gente.


Existe la sensación de que él defenderá a las personas contra aquello que intenta oprimirlas, y creo que eso resuena muy fuertemente.

Los comentarios externos sobre el presidente Trump a menudo no logran captar eso". Los comentarios de Morrison llegaron después de su reunión de alto perfil con Trump en Nueva York la semana pasada, donde discutieron el acuerdo de submarinos AUKUS y los avances de China en el Indo-Pacífico.

La pareja ha mantenido una buena relación desde que ambos estaban en el poder, culminando en 2019 cuando Trump recibió a Morrison en la Casa Blanca con una fastuosa cena de Estado, el más alto honor diplomático para un aliado.