La transformación de la opinión de los aficionados hacia el equipo de fútbol de Inglaterra bajo la dirección de Gareth Southgate ha sido notable, a pesar de críticas recientes.
En un momento reciente, Gareth Southgate fue acreditado con hacer que los aficionados de Inglaterra volvieran a enamorarse de su equipo nacional.
Ahora, en su 58º año consecutivo de sufrimiento, el equipo de fútbol masculino inglés tiene una capacidad bien documentada para ser el punto focal de una autodramatización nacional ruinosa.
Conocido como los Three Lions, la fortuna del equipo ha estado durante mucho tiempo vinculada de forma indeleble a la psique nacional.
Ha sido una saga digna de Shakespeare, plagada de héroes, villanos y antiguos agravios.
Para muchos, especialmente aquellos en Australia donde la antigua rivalidad deportiva supera cualquier tipo de historia positiva, ha proporcionado una cantidad interminable de alivio cómico.
Para los millones de ingleses que lo han vivido, ha sido tortuoso.
A nivel internacional bajo la dirección de Southgate, Inglaterra ha alcanzado una semifinal (Mundial 2018), final (Eurocopa 2020), cuartos de final (Mundial 2022) y ahora otra final: la Eurocopa 2024 en Alemania contra España que se jugará el lunes por la mañana hora local.
Es algo sin precedentes en los 150 años de historia del equipo.
Más importante aún, el sentimiento de los aficionados hacia el equipo se ha transformado en algo infinitamente más positivo.
Pero a pesar de que Inglaterra avanza invicta a la final, las actitudes se han vuelto notablemente en contra del entrenador.
Críticas férreas y mordaces hacia sus tácticas y estilo tras actuaciones impactantes en juegos anteriores de este torneo contra Dinamarca, Eslovaquia, Eslovenia y media parte del partido contra Suiza han ocupado cientos de columnas en periódicos y horas interminables de radio en todo el Reino Unido.
"Todos queremos ser amados, ¿verdad?", dijo hace unas noches un Southgate bastante emocional, medio bromeando y realmente sin hacer una pregunta en absoluto.
Los precios en Londres, se pueden ver desde 35 euros hasta 100 euros en entradas para los partidos de fútbol, dependiendo de la ubicación y la importancia del encuentro.
La historia de la selección de fútbol de Inglaterra está repleta de momentos icónicos, como la victoria en la Copa del Mundo de 1966, donde liderados por Bobby Moore, lograron alzar el trofeo.
Durante décadas, los Three Lions han sido una fuente de orgullo y desilusión para los aficionados, generando pasiones y críticas en igual medida.
En resumen, a pesar del éxito reciente del equipo bajo la dirección de Gareth Southgate, las críticas hacia el entrenador han ido en aumento, a pesar de que los resultados en la cancha han sido positivos para el combinado inglés.