Corea del Norte ha anunciado oficialmente que abandona la reunificación pacífica como objetivo clave de su política, considerando a Corea del Sur como un enemigo que debe ser subyugado, si es necesario, a través de una guerra nuclear.

La aproximación de Corea del Norte hacia Corea del Sur ha oscilado ampliamente a lo largo de las últimas décadas.

Si bien a menudo ha llamado al Sur su 'enemigo jurado' y 'enemigo principal' y ha amenazado con 'aniquilarlo' con armas nucleares, en ocasiones también ha entablado diálogos y discutido una posible reunificación.

Sin embargo, ahora Corea del Norte ha abandonado formalmente la reunificación pacífica como objetivo clave de su política, según informes de los medios de comunicación estatales.

Al anunciar este cambio drástico, el líder norcoreano Kim Jong-un dijo que Corea del Norte ya no ve al Sur como 'el socio de reconciliación y reunificación', sino como un enemigo que debe ser subyugado, si es necesario, a través de una guerra nuclear.

En las últimas décadas, la reunificación de las dos Coreas se ha vuelto cada vez más improbable a medida que la brecha económica entre ambas se amplió y la enemistad mutua se profundizó.

Kim reveló su nueva postura respecto a Corea del Sur en una reunión del partido a fines del mes pasado y en un discurso ante el parlamento de su país, la Asamblea Popular Suprema, el lunes pasado.

También ordenó la revisión de la constitución de Corea del Norte, así como de sus directrices de propaganda, para eliminar referencias a la 'reunificación pacífica', la 'gran unidad nacional' o a los surcoreanos como 'compatriotas' y para inculcar en su pueblo la visión de que el Sur es 'un país extranjero' y 'el estado más hostil'.

'Podemos especificar en nuestra constitución la cuestión de ocupar completamente, subyugar y reclamar la ROK y anexarla como parte del territorio de nuestra república en caso de que estalle una guerra en la península coreana', dijo Kim, utilizando la abreviatura del nombre oficial del Sur, la República de Corea.

En los últimos meses, ha estado trabajando hacia esta nueva política, criticando la creciente alianza militar entre Corea del Sur y Estados Unidos bajo el presidente conservador Yoon Suk-yeol.

Kim calificó la expansión de los ejercicios militares conjuntos entre los aliados como una provocación peligrosa y lo citó como una justificación para producir más armas nucleares y amenazar con usarlas contra el Sur.

'No queremos la guerra, pero tampoco tenemos intención de evitarla', dijo.

'Si los enemigos inician una guerra, nuestra república castigará resueltamente a los enemigos movilizando todas sus fuerzas militares, incluidas las armas nucleares.'