Una remota localidad en el noroeste árido de China ha sufrido temperaturas superiores a los 52 grados Celsius este domingo, según informa medios estatales. Esto establece un récord en un país que hace apenas seis meses estaba batallando contra -50 grados Celsius. Las temperaturas en la localidad de Sanbao en la Depresión de Turpan en Xinjiang alcanzaron hasta los 52.2 grados Celsius, según el reporte del periódico estatal Xinjiang Daily. Se espera que el calor récord persista durante al menos otros cinco días.

Una remota localidad en el noroeste árido de China ha sufrido temperaturas superiores a los 52 grados Celsius este domingo, según informa medios estatales.

Esto establece un récord en un país que hace apenas seis meses estaba batallando contra -50 grados Celsius.

Las temperaturas en la localidad de Sanbao en la Depresión de Turpan en Xinjiang alcanzaron hasta los 52.2 grados Celsius, según el reporte del periódico estatal Xinjiang Daily.

Se espera que el calor récord persista durante al menos otros cinco días.En los últimos meses, varios países de Asia han sufrido varias olas de calor récord, lo que ha generado preocupación sobre la capacidad de adaptación de estos países a un clima cambiante rápidamente.

Los expertos en clima advierten que el objetivo de mantener el calentamiento global a largo plazo por debajo de 1.5 grados Celsius se está volviendo inalcanzable.Las altas temperaturas prolongadas en China han desafiado las redes eléctricas y los cultivos, y cada vez hay más preocupación por una posible repetición de la sequía del año pasado, la más grave en 60 años.China no es ajena a los cambios dramáticos de temperatura a lo largo de las estaciones, pero estos cambios están siendo cada vez más extremos.

El 22 de enero, las temperaturas en Mohe, una ciudad en la provincia nororiental de Heilongjiang, cayeron a -53 grados Celsius, según el servicio meteorológico local, rompiendo el récord anterior de temperaturas más bajas en China de -52.3 grados Celsius establecido en 1969.Desde entonces, las lluvias más intensas en una década han afectado el centro de China, devastando los campos de trigo en una zona conocida como el granero del país.