El Consejo de Seguridad de Euskadi ha dado a conocer el Informe 2024, que detalla el estado de la seguridad en la región y destaca la importancia de una estrategia integral, moderna y colaborativa para garantizar la protección de la ciudadanía. La respuesta rápida y coordinada ante emergencias, así como las acciones preventivas, son pilares fundamentales del modelo vasco.

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En Euskadi, el consejero de Seguridad, Bingen Zupiria, presentó hoy en el Parlamento Vasco el Informe 2024 sobre el Estado de la Seguridad Pública en la región, un documento que refleja los avances y desafíos en materia de protección y emergencias.

Acompañado por el viceconsejero de Seguridad, Ricardo Ituarte, y la viceconsejera de Protección Civil, Joana Egiluz, Zupiria destacó que la seguridad no solo implica actuar ante crisis, sino también prevenir y promover una convivencia segura en todos los ámbitos.

El consejero explicó que, para el departamento, garantizar la seguridad significa salvaguardar las funciones esenciales de la sociedad mediante tareas como la formación, la coordinación y la respuesta rápida a las emergencias.

Zupiria hizo referencia a la importante gestión que se llevó a cabo tras el apagón ocurrido el 28 de abril de 2024, uno de los eventos que más puso a prueba la capacidad de respuesta del sistema vasco.

En esa jornada, más de 16.000 actuaciones de organismos como SOS Deiak, Osakidetza, bomberos, Ertzaintza y centros de gestión de tráfico y carreteras se llevaron a cabo para atender la crisis.

Al analizar el impacto de aquel incidente, Zupiria subrayó que Euskadi respondió de manera efectiva, con una cooperación interinstitucional ejemplar y con la participación activa de profesionales y voluntarios, quienes demostraron un compromiso inquebrantable.

Además, afirmó que en momentos de crisis, la confianza en la colaboración y la coordinación institucional son fundamentales para mantener la seguridad.

El informe presentado indica que, en 2024, el sistema vasco de seguridad ha reforzado su estructura moderna, descentralizada y racionalizada. La coordinación entre instituciones como la Ertzaintza, las policías locales, los jueces, fiscales y la ciudadanía, ha sido clave para responder a diferentes tipos de incidentes.

La Ertzaintza, cuerpo policial autonómico, dedicó gran parte de sus recursos (el 80%) a actividades preventivas, priorizando la acción comunitaria y la protección ciudadana.

En cuanto a los datos concretos, el Centro de Coordinación de Emergencias gestionó en 2024 un total de 816.975 llamadas y atendió 250.276 incidencias. Los accidentes de tráfico, que sumaron 7.655, bajaron un 2% respecto al año anterior; de estos, 2.484 fueron con víctimas y 5.171 sin heridos. La cifra de fallecimientos en accidentes disminuyó un 16%, mientras que las lesiones graves aumentaron en un 1%. Estas cifras reflejan los esfuerzos constantes en la promoción de una movilidad segura.

Por otro lado, la actividad delictiva también ha sido objeto de atención. Se registraron 141.190 infracciones penales, un ligero aumento del 2% respecto a 2023, situando la tasa de criminalidad en 63,3 delitos por cada mil habitantes. Los delitos presenciales, que aumentaron un 3%, representan el 69% del total y están especialmente enfocados en delitos contra el patrimonio y el orden socioeconómico.

Las agresiones sexuales aumentaron un 29%, pero con una alta tasa de resolución del 85%. Los ciberdelitos, que representan aproximadamente el 19% de los delitos, bajaron un 3%, señalando una tendencia a la baja en la criminalidad digital.

El trabajo preventivo y la divulgación también han sido prioritarios en la estrategia de seguridad vasca. En 2024, la Ertzaintza realizó más de 940 actividades formativas dirigidas a jóvenes y colectivos vulnerables, alcanzando a más de 30.000 personas en todo el territorio.

Zupiria concluyó su intervención resaltando que Euskadi está construyendo un modelo de seguridad pública basado en la transparencia, cercanía y colaboración.

Este modelo, que abarca no solo las calles sino también el entorno digital, los hogares, las escuelas y los espacios naturales, requiere una actitud permanente de adaptación y cooperación.

El consejero enfatizó que garantizar la protección de la sociedad implica una responsabilidad compartida, que involucra a todas las instituciones y a la ciudadanía en su conjunto.

Finalmente, subrayó que el futuro de la seguridad en Euskadi dependerá de seguir fortaleciendo estos principios y de mantener un compromiso colectivo para afrontar los escenarios cambiantes y los desafíos emergentes, asegurando siempre una convivencia segura y armoniosa.