Osakidetza informa sobre el preocupante aumento de agresiones a sus profesionales durante el último año, destacando la importancia de la notificación de estos incidentes.

El 12 de marzo se conmemora el Día Europeo contra las Agresiones a Médicos y Profesionales Sanitarios, un evento que pone de relieve la preocupación por la seguridad en el ámbito de la salud en Europa, incluida Euskadi.
En la región, la situación se ha vuelto alarmante, con un total de 1.176 notificaciones de agresiones, tanto físicas como verbales, a profesionales del Servicio Vasco de Salud (Osakidetza) durante el año 2024. Esta cifra representa una tasa de 6,1 agresiones por cada 1.000 trabajadores, marcando un aumento del 12% con respecto al año anterior.
Osakidetza ha clasificado estas agresiones en dos categorías: accidentes y incidentes. De las mencionadas 1.176 notificaciones, 893 fueron catalogadas como incidentes, que incluyen agresiones verbales como insultos y amenazas. En contraposición, 283 notificaciones se clasificaron como accidentes, es decir, agresiones que resultaron en lesiones. De estas últimas, 221 afectaron a mujeres y 61 a hombres, lo que refleja una preocupante tendencia hacia la violencia en el lugar de trabajo.
Históricamente, el aumento de agresiones en el sector de la salud ha sido un problema creciente en diversas partes del mundo. En el año 2022, se registraron 996 incidentes, y en 2023, 1.041, mostrando una escalofriante tendencia que parece no detenerse. El incremento de estas cifras se puede atribuir, en parte, a una mayor sensibilización y disposición de los profesionales para reportar estos hechos, un fenómeno que se ha vuelto más evidente desde la pandemia de COVID-19 en 2020-2021.
Es importante destacar que del total de agresiones físicas, 39 resultaron en bajas laborales, lo que pone de manifiesto el impacto que este tipo de situaciones tiene en la salud mental y física de los profesionales.
Ante esta realidad, Osakidetza ha puesto en marcha una política de tolerancia cero hacia cualquier forma de violencia, ya sea física o verbal, contra sus trabajadores.
Susana López Altuna, directora general de Osakidetza, ha enfatizado la necesidad de que los profesionales sigan notificando estos incidentes, ya que solo a través de una correcta identificación y registro se podrá abordar eficazmente el problema.
"Contamos con protocolos específicos para manejar agresiones tanto físicas como verbales, y es crucial que nuestros trabajadores conozcan y utilicen estos recursos", afirmó.
El observatorio de agresiones de Osakidetza también se ha comprometido a promover la formación y capacitación de su personal en la gestión de situaciones de riesgo, creando un ambiente de trabajo más seguro.
La concienciación en esta materia es fundamental, y aunque el registro de incidentes ha aumentado, se espera que a largo plazo, con el compromiso de todos, se logren reducir estas cifras alarmantes en el sector salud.
Con el objetivo de fomentar un ambiente de trabajo libre de violencia y acoso, es esencial continuar con la implementación de medidas preventivas y fomentar un clima de respeto y apoyo a todos los profesionales que dedican su vida al cuidado de la salud de la población.