Los atuneros vascos afectados por el acuerdo pesquero UE-Senegal podrían operar en Panamá y Costa Rica.
La situación de la flota atunera vasca se ha visto gravemente afectada tras el fin del acuerdo pesquero entre la Unión Europea y Senegal.
Cuatro barcos de galeras anclados en el puerto de Dakar han estado sin poder faenar durante más de dos meses, lo que ha llevado a un encuentro en Madrid entre representantes del Gobierno Vasco y el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación.
El Viceconsejero de Pesca y Desarrollo Litoral del Gobierno Vasco, Leandro Azkue, se reunió con Isabel Artime, Secretaria General de Pesca, junto a armadores y representantes de CEPESCA, la Confederación Española de Pesca, para abordar este dilema.
Azkue indicó que el Gobierno Español buscará la posibilidad de que los atuneros vascos puedan operar en las aguas de Panamá y Costa Rica, ya que en Senegal no pueden regresar a la pesca debido a las nuevas regulaciones.
Desde el Gobierno Vasco también se están considerando ayudas económicas temporales para los barcos afectados, alcanzando hasta 40.000 euros por barco, que se enmarcan en la legislación europea y no requieren de autorización previa de la Comisión Europea.
Esto puede ser un alivio para los armadores que enfrentan serias dificultades económicas debido a la inactividad forzada de sus embarcaciones.
La problemática actual de la flota vasca es una continuación de tensiones más amplias en la política pesquera internacional.
Desde hace aproximadamente tres años, tanto la CEPESCA como la Asociación de los Barcos Atuneros Cañeros en Dakar han estado pidiendo soluciones a los problemas que enfrenta la flota atunera en la región.
Históricamente, la flota cañera ha pescado diversas especies de atún tropical, incluyendo el atún listado y el rabil.
Sin embargo, tras la finalización del acuerdo pesquero con la UE en julio de 2019, que vino con un financiamiento anual de aproximadamente 1,7 millones de euros, el acceso a las aguas senegalesas se ha vuelto cada vez más restringido.
Este acuerdo contemplaba un periodo de cinco años y buscaba, además del acceso, apoyar la gestión de la pesca en Senegal.
La dificultad actual radica en un veto impuesto por el Gobierno senegalés que impide que los atuneros vascos entren a la bahía de Han y recojan cebo vivo, esencial para sus operaciones de pesca.
Un informe científico de la Comisión Europea previamente emitido había validado que la recogida de cebo en esa zona tenía un bajo impacto ambiental, lo que hace la situación actual aún más frustrante para los pescadores.
A medida que el Gobierno Vasco sigue buscando soluciones y alternativas, tanto para la reactivación de la flota en Senegal como para la exploración de nuevas oportunidades en Centroamérica, queda claro que el futuro de la pesca en la región está en juego.
Esta convergencia de intereses locales e internacionales representa un reto importante no solo para los armadores y sus tripulaciones, sino también para la economía local de Euskadi que depende en gran medida de estas actividades pesqueras.
El optimismo es moderado, pero las gestiones en curso podrían ofrecer una salida a esta situación crítica.