Durante la temporada invernal 2024/25, Euskadi registró una disminución significativa en la activación del Plan de Vialidad Invernal en comparación con temporadas anteriores, con solo tres episodios destacados que requirieron fases operativas. Este descenso refleja una tendencia de inviernos más suaves en la región.

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El invierno en Euskadi de 2024/25 ha demostrado ser notablemente menos severo en comparación con temporadas anteriores, tanto en intensidad como en número de episodios de nieve y activaciones del Plan de Vialidad Invernal.

Durante todo el periodo comprendido entre octubre y abril, el Gobierno Vasco activó en total solo tres veces el plan en su fase de seguimiento e información, y en dos ocasiones se procedió además a la fase operativa, debido a descensos de la cota de nieve por debajo de los 700 metros y precipitaciones moderadas.

Estas cifras representan una disminución significativa respecto a temporadas previas, donde las activaciones alcanzaban niveles más elevados, reflejando la tendencia de inviernos más templados en los últimos años.

En comparación con el invierno de 2017/18, cuando se registraron 17 activaciones del Plan, este invierno apenas sumó 3, señalando una reducción notable en la intensidad de las semanas de condiciones adversas.

Es importante recordar que en aquella temporada se activaba generalmente en fases operativas más frecuentemente, alcanzando hasta 10 en total. La tendencia a la baja en episodios de nieve y activaciones permite a las autoridades mejorar la planificación y la gestión del tráfico en las carreteras vascas.

Dentro de los episodios de nieve sucedidos en estos meses, el primero ocurrió entre sábado 7 y miércoles 11 de diciembre de 2024. Durante ese fin de semana, la cota de nieve descendió hasta los 800 metros, principalmente en la vertiente cantábrica, con precipitaciones moderadas que no generaron incidencias mayores.

Solo en algunos puertos de montaña como Opakua, Herrera y Bernedo fue necesario el uso puntual de cadenas o neumáticos de invierno.

El segundo episodio se produjo entre viernes 7 y sábado 8 de febrero de 2025, cuando la cota de nieve bajó hasta los 600 metros en la madrugada, con precipitaciones moderadas en la misma vertiente.

Debido a la previsión, se activó preventivamente la fase operativa del plan. No obstante, la nieve se retiró rápidamente, elevando la cota a los 1000 metros en las horas centrales del sábado. En estos días, varios puertos en Álava permanecieron cerrados a la circulación durante varias horas, incluyendo Opakua, Herrera, Bernedo y Azazeta, aunque las carreteras en Gipuzkoa y Bizkaia permanecieron abiertas y sin problemas importantes.

El último episodio ocurrió entre jueves 13 y lunes 17 de marzo de 2025, con la cota de nieve también descendiendo a los 600-800 metros y precipitaciones moderadas en la vertiente cantábrica.

En esta ocasión, se activó nuevamente la fase operativa, pero en la mayoría de las vías, solo fue necesaria una actitud de precaución, sin que se requiriesen restricciones de circulación.

Los puertos de Araba, Barazar, Dima en Bizkaia y Etzegarate en Gipuzkoa permanecieron generalmente abiertos y sin incidencias graves.

Este patrón de invierno más benigno en Euskadi ha contribuido a la tendencia descendente en la cantidad de episodios invernales en la región. Desde 2017/18, el número de activaciones del Plan ha ido disminuyendo progresivamente, pasando de 17 a solo 3 en la temporada 2024/25. La tendencia también se refleja en las activaciones en fase operativa, que en varios años se han mantenido en torno a dos o menos, con algunas excepciones en años como 2021/22 y 2023/24, donde las cifras se incrementaron ligeramente.

Estos datos no solo confirman la evolución climática, sino que también aportan una visión optimista para la movilidad y seguridad en la región, permitiendo una mejor planificación y menos interrupciones por fenómenos meteorológicos adversos.

La menor incidencia de nevadas y la ligera tendencia a inviernos más suaves en Euskadi son resultados que podrían continuar influyendo en la gestión vial, adaptándose a las condiciones cambiantes del clima en un contexto de incremento gradual en las temperaturas globales.

La región, por tanto, sigue contando con medidas de protección y protocolos ajustados a esta nueva realidad, priorizando siempre la seguridad de los ciudadanos y la fluidez del tráfico en sus carreteras.