La región de Rioja Alavesa destaca por su combinación de viticultura, enología y gastronomía, promoviendo un crecimiento sostenible y reforzando su historia vitivinícola desde el siglo XVIII. La Consejera Amaia Barredo resalta la importancia del sector en el desarrollo rural de la comarca.

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La región no solo combina de manera ejemplar la viticultura, la enología y la gastronomía, sino que además abraza un modelo de #desarrollo rural que busca potenciar la industria alimentaria de forma sostenible y regenerativa.

Este pasado histórico ha moldeado la identidad del territorio, que en la actualidad cuenta con aproximadamente 260 calados y bodegas subterráneas, evidencia de una tradición vitivinícola que empezó hace casi 300 años, cuando la producción de vino reemplazó a otros cultivos agrícolas.

Durante ese período, Labastida, un municipio emblemático de la zona, experimentó un crecimiento económico significante, marcado por construcciones como la nueva sacristía, el ayuntamiento y diversos monumentos que aún forman parte del paisaje cultural.

El papel de #Rioja Alavesa en la historia del vino fue destacado por la consejera de Alimentación, Desarrollo Rural, Agricultura y Pesca del Gobierno Vasco, Amaia Barredo, quien participó en la jornada ‘Bodegas a pie de calle 2.0’ realizada en el enclave de El Otero, en Labastida. Barredo recordó que las primeras elaboraciones de vino al estilo bordelés, a finales del siglo XVIII, influyeron de manera determinante en la calidad y prestigio de los vinos de la zona, ayudando a posicionar a Rioja Alavesa como una de las denominaciones de origen más reconocidas del mundo.

Asegurando presencia en ferias internacionales y promoviendo el interés en la #gastronomía de la zona

A pesar de los desafíos económicos y comerciales que enfrentan los productores de vino a nivel global, la región ha llevado a cabo diversos programas y estrategias para abrir nuevos mercados, asegurando presencia en ferias internacionales y promoviendo el interés en la gastronomía de la zona.

Estas acciones buscan consolidar la reputación del vino de Rioja Alavesa, que además funciona como un símbolo de identidad y desarrollo local.

Desde la perspectiva de la consejera, el vino en Rioja Alavesa es mucho más que una bebida: es un elemento cultural y turístico que invita a explorar sus municipios, sus calles, sus bodegas y su arte.

La promoción de estos elementos contribuye al crecimiento del turismo rural y al fortalecimiento del tejido económico local.

En resumen, Rioja Alavesa ejemplifica cómo el respeto por su legado histórico, sumado a la innovación y la sostenibilidad, puede impulsar un desarrollo rural integral y resiliente.