Cáritas Bizkaia, en colaboración con el Gobierno Vasco, brinda apoyo a miles de personas en situación de vulnerabilidad social, destacando la atención a familias y su papel en la inclusión de refugiados.

En el territorio de Euskadi, Cáritas Bizkaia ha demostrado un compromiso significativo hacia la atención de personas en situaciones de vulnerabilidad.

Esta entidad ha tenido la oportunidad de mostrar su labor en su sede central, así como en el centro Hargindegi, ubicado en el barrio de San Francisco en Bilbao.

Este centro destaca por ofrecer una atención directa y cercana a personas de hasta 94 nacionalidades diferentes, evidenciando así la diversidad y la necesidad que caracteriza a la población atendida.

En 2024, Cáritas Bizkaia se propuso atender y ofrecer servicios a cerca de 11,000 personas, trabajando de la mano con el Gobierno Vasco.

Esta colaboración se traduce en un esfuerzo conjunto para mejorar las condiciones de vida de aquellos que enfrentan riesgos de pobreza y exclusión social.

El Lehendakari Imanol Pradales, acompañado de la consejera de Bienestar, Juventud y Reto Demográfico, Nerea Melgosa, visitó las instalaciones de Cáritas Bizkaia y conoció de primera mano los proyectos que la organización pone en marcha cada año.

Junto con el Obispo de Bilbao, Joseba Segura, y la directora de Cáritas, Elena Unzueta, se hizo un recorrido por sus instalaciones para entender la magnitud del trabajo realizado.

Uno de los enfoques centrales de Cáritas en Euskadi es el apoyo a familias en riesgo.

Los datos preliminares indican que hasta diciembre de 2024, la organización atendió a aproximadamente 4,400 personas pertenecientes a familias con hijos e hijas, de las cuales un notable 43% son familias monoparentales, siendo la mayoría encabezadas por mujeres.

Esto pone de manifiesto uno de los sectores más vulnerables dentro del contexto de pobreza y exclusión social, que a su vez amplifica el riesgo de transmisión intergeneracional de estas problemáticas.

Las investigaciones han demostrado que crecer en ambientes de pobreza aumenta significativamente las probabilidades de que estas circunstancias persistan en la adultez.

Además de su rol en la atención de familias, Cáritas Bizkaia se involucra activamente en la inclusión de personas refugiadas a través de su programa de Patrocinio Comunitario, que busca integrar a estas personas en la sociedad.

Este esfuerzo se complementa con su participación en la Red Aholku-Sarea, que se dedica a ofrecer información, orientación y asesoramiento jurídico en materia de extranjería.

Cáritas, como miembro del Tercer Sector Social de Euskadi, no solo trabaja en la asistencia directa de personas en situación de vulnerabilidad, sino que también participa en otros ámbitos cruciales, como es la creación de un sistema de reconocimiento de las competencias adquiridas a través de la acción voluntaria, promoviéndose así el voluntariado como una herramienta para el desarrollo social.

A medida que el año avanza, se espera que se revelen datos más concretos sobre el impacto del trabajo de Cáritas en Bizkaia.

Sin embargo, lo que ya es evidente es que su compromiso con la dignidad de cada individuo se mantiene firme y en continua expansión, reforzando la necesidad de una colaboración entre entidades sociales y el Gobierno para brindar apoyos concretos a quienes más los necesitan.