El expresidente Donald Trump critica fuertemente la ley CHIPS, pidiendo su eliminación y sugiriendo que el dinero debería utilizarse para reducir la deuda nacional.
En una reciente declaración, el expresidente Donald Trump ha instado a los legisladores estadounidenses a deshacerse de la ley CHIPS (Creating Helpful Incentives to Produce Semiconductors for America Act), que otorga un subsidio de 52.7 mil millones de euros (aproximadamente 52.7 mil millones de dólares) para la fabricación de semiconductores. Durante un discurso en el Congreso, Trump argumentó que esta legislación representa un despilfarro de dinero público y sugirió que los fondos restantes deberían ser utilizados para reducir la deuda nacional.
Trump, conocido por sus opiniones contundentes, afirmó que "la ley CHIPS es algo horrible. Estamos otorgando cientos de miles de millones de euros y no significa nada. Ellos toman nuestro dinero y no lo gastan de manera adecuada". Este comentario marca un giro significativo en su retórica contra la ley, que fue firmada por el expresidente Joe Biden en agosto de 2022 y que busca fortalecer la industria de semiconductores en EE.
UU., además de abordar las preocupaciones de seguridad nacional relacionadas con la dependencia de chips importados.
La ley incluye 39 mil millones de euros en subsidios para la fabricación de semiconductores en EE. UU. y 75 mil millones de euros en autoridad de préstamos del gobierno. A pesar de las críticas de Trump, muchos líderes de la industria han elogiado la ley, ya que ha incentivado a grandes empresas como Taiwan Semiconductor Manufacturing Company (TSMC) a realizar inversiones masivas en el país.
De hecho, TSMC ha anunciado recientemente un plan de inversión de 100 mil millones de euros para establecer cinco nuevas plantas de fabricación en Estados Unidos.
Sin embargo, Trump sugirió que no es necesario otorgar estos subsidios y que la eliminación de nuevas tarifas podría ser un incentivo suficiente para que las compañías construyan fábricas estadounidenses.
Esta postura ha generado preocupación entre los defensores de la ley, quienes argumentan que sin el apoyo financiero, la industria de semiconductores de EE.
UU. podría sufrir un retroceso significativo frente a competidores globales.
Un punto de vista relevante proviene de la gobernadora de Nueva York, Kathy Hochul, quien defendió la ley CHIPS al señalar que "es la razón por la que Micron está trayendo 100 mil millones de euros y 50,000 empleos a Nueva York Central".
La preocupación por las posibles repercusiones de la eliminación de esta ley se ha intensificado, especialmente en estados que dependen de la industria de semiconductores.
Adicionalmente, la semana pasada se reportó que aproximadamente un tercio del personal en la oficina del Departamento de Comercio de EE. UU. encargado de supervisar los subsidios de 39 mil millones de euros para los fabricantes de chips fue despedido. Esto indica una posible reestructuración bajo la nueva administración de Trump, que busca revisar todos los proyectos financiados durante la administración de Biden.
En resumen, la postura de Trump sobre la ley de subsidios para semiconductores podría tener profundas implicaciones para la industria tecnológica en EE.
UU., que está en una carrera crítica para asegurar su autonomía y competitividad en un mercado global dominado por naciones como China y Taiwán. El futuro de la ley CHIPS y las inversiones en semiconductores se vislumbra incierto, mientras los legisladores y la industria se preparan para un debate acalorado sobre el rumbo a seguir.