Cada vez más propietarios en Estados Unidos optan por prescindir del seguro de vivienda debido a los altos costos, aumentando su vulnerabilidad ante desastres naturales y crisis económicas, según informes recientes.

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Según un informe reciente de la Reserva Federal de EE.UU., en 2024, aproximadamente el 7% de los #propietarios encuestados no tenían seguro, lo que equivale a más de 6 millones de viviendas en todo el país.

Este fenómeno se debe en gran parte a los elevados costos de las primas, que en promedio alcanzan los 3.300 dólares anuales, alrededor de 2.900 euros. Desde 2019, estas tarifas han aumentado de manera significativa, en parte debido a que las compañías de seguros enfrentan mayores reclamaciones por daños causados por eventos climáticos extremos como huracanes, incendios forestales y tormentas severas.

La tendencia ha llevado a que las primas representen más del 20% del pago mensual de una hipoteca típica, triplicando los porcentajes registrados antes de 2013.

Los datos muestran que los propietarios con ingresos más bajos son los más afectados por estos costos. Cerca de 3 de cada 10 hogares con ingresos inferiores a 22.000 euros anuales (equivalente a 25.000 dólares) no cuentan con seguro, en comparación con el promedio nacional. Además, los encuestados con menos recursos financieros justifican su decisión de no tener cobertura alegando que no pueden pagarla o que simplemente no vale la pena el gasto.

Las consecuencias de esta tendencia son preocupantes. Sin seguro, los propietarios enfrentan una mayor vulnerabilidad ante desastres naturales, lo que aumenta el riesgo de perder sus hogares. Un informe del grupo de vigilancia sin fines de lucro, la Federación de Consumidores de EE.UU., indica que aproximadamente el 7.4% de los propietarios están sin protección, lo que representa alrededor de 6.1 millones de viviendas. Esta situación no solo afecta a las familias que enfrentan la pérdida de su patrimonio, sino que también tiene un impacto negativo en las comunidades locales.

Cuando una vivienda no cuenta con seguro y se enfrenta a daños, la economía local sufre. La reducción en los ingresos por impuestos sobre la propiedad limita la inversión en infraestructura y servicios públicos, y las casas abandonadas o mal cuidadas contribuyen a la degradación del barrio.

Además, las comunidades con altas tasas de viviendas sin seguro tienden a registrar una disminución en el valor de las propiedades circundantes, afectando la economía general.

Así como incentivos para que los propietarios hagan mejoras en sus viviendas para reducir riesgos climáticos

La situación se agrava por la falta de regulación en el sector. Expertos sugieren que la transparencia en los datos de las aseguradoras, así como incentivos para que los propietarios hagan mejoras en sus viviendas para reducir riesgos climáticos, podrían ayudar a contener los costos.

La Federación de Consumidores propone que los gobiernos federal y estatales inviertan en programas que fomenten la resiliencia de las viviendas y que las aseguradoras ofrezcan tarifas más bajas a quienes implementen medidas de protección contra el clima.

Este problema no es nuevo, pero ha empeorado en la última década. La historia del mercado de seguros en EE.UU. revela que las primas comenzaron a subir significativamente en 2013, en respuesta a un aumento en eventos climáticos extremos. La tendencia continúa, y expertos advierten que si no se toman medidas, el acceso a seguros asequibles seguirá siendo una problemática para millones de propietarios, poniendo en riesgo la estabilidad del mercado inmobiliario y la seguridad de muchas familias.