El aumento de las expectativas de inflación en EE.UU. genera alarma entre los consumidores y analistas económicos.

Las expectativas de inflación entre los consumidores estadounidenses han escalado a cifras alarmantes, alcanzando un 6.7% para el próximo año, según un estudio reciente de la Universidad de Michigan. Esta cifra representa el nivel más alto registrado desde 1981, un periodo conocido como La Gran Inflación, que dejó una huella profunda en la economía del país.
El estudio, que mensualmente pregunta a los ciudadanos sobre sus previsiones de inflación, reveló que en diciembre pasado los consumidores anticipaban un incremento del 2.8% en los precios. Sin embargo, en solo unos meses, esa cifra ha aumentado drásticamente: 4.3% en febrero, 5% en marzo, y ahora 6.7% en abril, reflejando una creciente preocupación por el impacto de las políticas económicas actuales.
El índice de confianza del consumidor también ha sufrido un golpe significativo, cayendo de 74 en diciembre a 50.8 en abril. Este descenso ha sido descrito por Joanne Hsu, directora del estudio, como “pervasivo y unánime” entre diferentes grupos demográficos, incluyendo edad, ingresos y afiliación política.
Con una disminución de más del 30% en solo cuatro meses, los consumidores están cada vez más alarmados por las repercusiones de la guerra comercial y los aranceles impuestos por el presidente Donald Trump.
La inquietud sobre la inflación no solo afecta a los consumidores, sino que también ha comenzado a preocupar a los economistas. Recientemente, la Reserva Federal había proyectado que su medida preferida de inflación alcanzaría un 2.7% hacia finales de este año. Sin embargo, firmas de inversión como Vanguard han pronosticado un aumento de precios cercano al 4% para 2025.
En otro informe de confianza del consumidor realizado por The Conference Board, se indicó que los estadounidenses prevén un aumento del 5.1% en el próximo año. Ryan Sweet, economista jefe de Oxford Economics, comentó que “predecir la dirección de la inflación desde la pandemia ha sido una experiencia complicada para los economistas y mercados financieros, pero los consumidores han hecho un buen trabajo”.
Esta afirmación subraya la importancia de no ignorar el aumento en las expectativas de inflación, que muchos atribuyen a las políticas arancelarias.
Las señales de una confianza del consumidor en declive son preocupantes. Bill Adams, economista jefe de Comerica Bank, advirtió que la ansiedad de los consumidores podría llevar a una reducción en el gasto, lo que podría profundizar una recesión económica.
“Las personas que temen que la economía esté en problemas evitarán comprar coches nuevos, casas, salir a cenar o ir de vacaciones”, afirmó.
En respuesta a estas cifras, la Casa Blanca ha intentado minimizar las preocupaciones, señalando un informe mensual reciente que sugiere que los precios se están estabilizando.
La secretaria de prensa, Karoline Leavitt, expresó su optimismo sobre la economía, citando comentarios del presidente Trump sobre un periodo de “transición” mientras se renegocian los acuerdos comerciales.
A medida que las preocupaciones inflacionarias continúan creciendo, el impacto en la economía y el comportamiento del consumidor se vuelve un tema crucial a seguir, sobre todo en un contexto histórico donde la inflación ha tenido consecuencias significativas.
No te pierdas el siguiente vídeo de inflación, pib, consumo y beneficios empresariales: así ve goldman ...