La cadena de farmacias Rite Aid anuncia el cierre de más de 1,000 tiendas en todo el país tras su entrada en bancarrota, dejando a numerosos clientes sin acceso a sus servicios habituales y poniendo en riesgo marcas clásicas como Thrifty Ice Cream.

Imagen relacionada de cierre masivo de tiendas rite aid afecta a miles en estados unidos

La noticia ha causado conmoción entre los clientes habituales y ha revivado el debate sobre la sostenibilidad del modelo de negocio en el sector farmacéutico.

Según informes recientes, la compañía anunció que, a partir de mayo, ha ido cerrando progresivamente ubicaciones en diferentes estados, afectando a comunidades enteras que dependen de estos establecimientos para adquirir medicamentos y otros productos esenciales.

Actualmente, #Rite Aid opera alrededor de 240 tiendas, concentradas principalmente en ocho estados, una reducción significativa respecto a los 1,240 locales que tenía en su apogeo.

La bancarrota, presuntamente, fue motivada por múltiples factores, incluyendo la creciente competencia de cadenas como CVS y Walgreens, así como la presión de los costos operativos y los cambios en los hábitos de consumo, que han favorecido las compras en línea.

Además, se rumorea que la compañía ha tenido problemas para mantener una rentabilidad sólida en un mercado cada vez más saturado.

En medio de esta crisis, supuestamente se ha vendido una de sus marcas más emblemáticas: Thrifty Ice Cream. La empresa Hilrod Holdings, vinculada presuntamente a ejecutivos de Monster Beverage Corporation, fue la adjudicataria en una subasta judicial celebrada en Nueva Jersey, pagando alrededor de 17 millones de euros por los activos relacionados con la icónica marca de helados.

Se dice que esta adquisición fue aprobada por un juez federal en julio, en un proceso que buscaba salvar al menos parte del legado de la marca.

Presuntamente, los ejecutivos de Monster Beverage, liderados por Hilton Schlosberg y Rodney Sacks, estaban considerando mantener la producción y distribución de Thrifty Ice Cream, que desde sus inicios en los años 50 ha sido un favorito en la Costa Oeste de Estados Unidos.

Que comenzó en las farmacias de la cadena Thrifty Drug Store

La historia de la marca, que comenzó en las farmacias de la cadena Thrifty Drug Store, se remonta a décadas atrás, cuando los propietarios Harry y Robert Borun, junto con Norman Levin, comenzaron a fabricar helado para vender en sus locales.

Durante los años 70, Thrifty Ice Cream alcanzó un estatus de culto en California, siendo reconocida por su característico envase cilíndrico y por las menciones de celebridades.

Muchos clientes todavía recuerdan la experiencia de pedir una bola de helado en el mostrador mientras recogían sus recetas médicas. La marca también comenzó a distribuir sus productos en supermercados y minoristas como Rite Aid y Albertsons, donde aún se pueden encontrar algunos de sus sabores en los estantes.

El cierre de tiendas Rite Aid ha afectado a muchas comunidades, especialmente en estados como California, Nueva York y Florida. Hasta finales de mayo, la cadena operaba en 15 estados, pero la lista de locales cerrados continúa creciendo a medida que avanza el proceso de bancarrota.

La última lista publicada en la corte de #bancarrota en junio pasado detalló el cierre de 123 almacenes, con lo que se estima que miles de empleados y clientes se ven afectados.

Supuestamente, algunas ubicaciones todavía ofrecen helados Thrifty en sus mostradores, pero no se sabe cuántas permanecen abiertas. La marca, que en su momento fue un símbolo de la cultura popular en la Costa Oeste, lucha ahora por sobrevivir en un mercado en transformación. La historia de Rite Aid y Thrifty Ice Cream refleja, en parte, las dificultades que enfrentan muchas empresas tradicionales ante los cambios económicos y tecnológicos, y su posible desaparición definitiva en un futuro cercano.

En definitiva, la caída de Rite Aid y la posible continuidad de Thrifty Ice Cream marcan un capítulo importante en la historia del comercio minorista en Estados Unidos, dejando tras de sí un legado de décadas que, supuestamente, podría estar llegando a su fin.