Supuestamente, miles de vehículos dañados por agua están llegando a los mercados de autos usados en Estados Unidos, y es fundamental saber cómo identificarlos para evitar riesgos. Florida lidera con diferencia en número de autos afectados, pero estos vehículos pueden aparecer en cualquier parte del país, poniendo en peligro a los compradores desprevenidos.

100 autos afectados por inundaciones
Según datos de la empresa de informes vehiculares Carfax, en 2025 se estima que en Florida hay aproximadamente 82.100 autos afectados por inundaciones, de un total nacional de alrededor de 482.000 vehículos dañados en todo el país. Esto significa que casi el 17% de los vehículos inundados en EE. UU. se encuentran en Florida, lo que refleja la gravedad de la problemática en esa región.
Supuestamente, muchas de estas unidades no permanecen en un solo estado, sino que se venden y se trasladan a diferentes lugares, incluso a través de ventas online y subastas, lo que aumenta el riesgo para los consumidores que buscan un coche usado sin saber su historia real.
La práctica de 'lavado de títulos' o 'title washing' permite que vehículos con daño por agua puedan esconder su pasado y parecer en buenas condiciones, lo que supone un peligro potencial para quienes los adquieren.
Para detectar si un vehículo ha sido afectado por inundaciones, existen varias señales y pasos que los compradores deben seguir. En primer lugar, se recomienda solicitar el título del automóvil, verificando si está marcado como 'salvage' o si tiene alguna anotación de daños por agua.
Además, revisar detalladamente el informe del historial del vehículo puede revelar registros de daños por inundaciones, especialmente si la aseguradora ha declarado el vehículo como total pérdida.
Carfax ofrece una herramienta gratuita para verificar si un coche ha sido afectado por agua, y también se puede consultar el sistema nacional de información de títulos vehiculares.
Supuestamente, los olores a humedad, moho o a humedad persistente son indicadores claros de daño por agua, así como la presencia de óxido en partes metálicas y pintura descolorida o con burbujas.
Es recomendable revisar el interior del vehículo, incluyendo el maletero, los compartimentos de las puertas y debajo de los asientos, en busca de manchas de agua, barro o signos de moho.
La revisión del tablero y los instrumentos también puede revelar daños: si las agujas de los medidores están desconectadas, empañadas o presentan signos de humedad, puede ser una señal de exposición al agua.
Otro aspecto importante es examinar los tejidos y alfombras. Si estas muestran manchas, decoloración o olor a humedad, es probable que hayan sido afectados por agua. La inspección del estado de los cables y componentes eléctricos bajo el capó y en el interior del vehículo puede detectar daños que no son evidentes a simple vista, como corrosión o cables quemados.
Supuestamente, también hay que tener precaución con los vehículos eléctricos, ya que sus baterías de litio, aunque selladas, pueden sufrir daños graves por contacto con agua salada, pudiendo provocar cortocircuitos, incendios o fallos en el sistema eléctrico, incluso años después de la inundación.