El pasado fin de semana, Estados Unidos realizó un ataque en Irán, atacando tres instalaciones nucleares, en un movimiento que podría desencadenar una escalada en la región y afectar los mercados globales de energía. La acción, que fue anunciada por el presidente Donald Trump, marca una participación directa de EE. UU. en el conflicto entre Israel e Irán, y ha generado incertidumbre en los inversores sobre posibles repercusiones económicas y geopolíticas.

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La decisión, anunciada por Donald Trump a través de sus redes sociales, representa una escalada significativa en el enfrentamiento entre Washington, Teherán e Israel, y podría tener repercusiones tanto en la estabilidad regional como en la economía mundial.

Desde hace décadas, la rivalidad entre #Irán e Israel ha sido un foco de inestabilidad en Oriente Medio. La comunidad internacional ha vigilado de cerca los avances del programa nuclear iraní, que Teherán asegura que tiene fines pacíficos, mientras que otros países temen que pueda ser utilizado para el desarrollo de armas nucleares.

La reciente acción militar de EE. UU. busca frenar ese programa, en un intento por reducir la influencia de Irán en la región.

Históricamente, la región de Oriente Medio ha sido escenario de múltiples conflictos relacionados con los recursos energéticos, especialmente el petróleo.

En 1973, la guerra del Yom Kippur provocó una crisis petrolera que elevó los precios en todo el mundo, y en 2019, los ataques a instalaciones petroleras en Arabia Saudita provocaron un aumento inmediato en los precios del crudo.

La situación actual, con un posible incremento en las tensiones, ha provocado que los inversores estén atentos a la evolución del conflicto.

El impacto en los #mercados internacionales ha sido inmediato. Se espera que los precios del petróleo, que en los últimos meses ya han estado en niveles elevados, experimenten una subida significativa. Según analistas, en caso de que la escalada se prolongue o se intensifique, el precio del barril de #petróleo podría alcanzar los 130 dólares, lo que equivale aproximadamente a 124 euros.

Ya que el petróleo es un insumo clave para muchas industrias y el transporte

Este incremento tendría efectos inmediatos en la inflación global, ya que el petróleo es un insumo clave para muchas industrias y el transporte.

Expertos advierten que una subida de precios del crudo puede traducirse en mayores costes para consumidores y empresas, lo que podría desacelerar el crecimiento económico mundial.

Además, los mercados bursátiles podrían experimentar caídas temporales debido a la incertidumbre, aunque históricamente, tras episodios de tensión, los índices se han recuperado y han mostrado un crecimiento posterior.

Por otro lado, el dólar estadounidense, que en lo que va del año ha mostrado signos de debilitamiento, podría beneficiarse de una fuga hacia activos seguros.

La demanda de dólares y bonos del Tesoro suele aumentar en momentos de crisis, lo que podría fortalecer la moneda estadounidense inicialmente. Sin embargo, si las tensiones se mantienen o aumentan, la incertidumbre podría extenderse y afectar también a otras monedas y economías emergentes.

Desde el punto de vista geopolítico, esta acción militar podría tener consecuencias duraderas. Irán ha prometido represalias, y las hostilidades podrían extenderse más allá de los sitios nucleares, afectando rutas comerciales y alianzas en la región.

La historia reciente muestra que conflictos similares han tenido un impacto duradero en los precios del petróleo y en las relaciones internacionales.

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